Protesta con dinamita deja heridos y decenas de detenidos

La detonación de dinamita en protestas sindicales, despenalizada en mayo pasado, volvió a las calles debido al conflicto entre el Gobierno y los cientos de trabajadores despedidos de la recién clausurada empresa estatal Enatex.

Protesta de los trabajadores de la empresa estatal de textiles Enatex. Foto: EFE
Protesta de los trabajadores de la empresa estatal de textiles Enatex. Foto: EFE

La detonación de dinamita en protestas sindicales, despenalizada en mayo pasado, volvió a las calles debido al conflicto entre el Gobierno y los cientos de trabajadores despedidos de la recién clausurada empresa estatal Enatex.

 

La marcha de reclamo se tornó en enfrentamientos con la Policía por un intento de toma de la fábrica.

Tres personas resultaron heridas este miércoles en La Paz, dos de ellas por dinamita y la tercera por contusiones, y otras 76 fueron detenidas durante la segunda jornada de protesta de los obreros de la firma textil Enatex, que echó el cierre por sorpresa esta semana y anunció el despido de unos 850 empleados.

Uno de los heridos fue un trabajador de esa empresa, que se voló la mano y parte del brazo al detonar un cartucho de dinamita en la protesta, que desembocó en un enfrentamiento de dos horas entre obreros y Policía en el entorno del antiguo centro de trabajo, según constató Efe.

El otro herido por dinamita fue un camarógrafo local que se lesionó, con posible pérdida de visión, por el impacto de la esquirla de un cartucho de dinamita.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), el coronel Gary Omonte, comunicó a los medios la detención de 76 personas, entre ellos seis mujeres, que serán acusados ante la Fiscalía de La Paz de daños a bienes del Estado, resistencia a la autoridad y tenencia de explosivos.

La Policía imputó a los obreros este último cargo a pesar de que el Gobierno de Evo Morales legalizó el pasado 1 de mayo los "dinamitazos" en las protestas sindicales, a petición del sector minero.

En 2012 el Ejecutivo boliviano había prohibido por decreto el uso de dinamita y otros materiales de alto riesgo, después de que su uso en conflictos sociales causara víctimas mortales.

Un día después de la legalización, un anciano de 86 años murió como resultado de las lesiones que sufrió tras detonar dinamita en la localidad andina de Achacachi festejando el día de los trabajadores.

El uso de dinamita, que fue respondido por la Policía con abundante uso de gases lacrimógenos, se produjo además cerca de un colegio en el barrio paceño de Villa Fátima, y a pocas cuadras de una concurrida zona de mercado callejero.

No obstante, un dirigente del sindicato de fabriles que no se identificó dijo a los medios que seguirán utilizando la dinamita ya que "es nuestra única arma de lucha" frente al material antidisturbios de la Policía.

Los centenares de trabajadores movilizados también tiraron piedras y palos a la policía y cortaron algunos puntos viarios utilizando leña, gasolina y llantas para encender hogueras.

Los hechos se produjeron al final de la marcha sindical con motivo del día nacional de los trabajadores fabriles.

Las fuerzas de seguridad golpearon al menos a dos manifestantes cuando ya los había reducido y detenido: a uno lo patearon la espalda y a otro la cara, según imágenes difundidas por televisión.

La Policía también retuvo por unos minutos a un camarógrafo que intentó tomar imágenes de los detenidos en la sede de la FELCC, como se puede constatar en imágenes difundidas por la prensa.

"Consideramos que todas las organizaciones deben pronunciarse ante este decreto nefasto al estilo neoliberal", dijo desde la cabecera de la manifestación el líder de la Central Obrera Boliviana -el mayor sindicato del país-, Guido Mitma, en referencia al cierre de Enatex.

Según fuentes sindicales, la ministra de Desarrollo Productivo, Verónica Ramos, comunicó el cierre a los trabajadores el domingo y por sorpresa, cuando tendrían que haberse reincorporado al trabajo tras una semana de ausencia por una supuesta fumigación de las instalaciones.

El Gobierno creó Enatex en 2012 sobre la base de Ametex, del empresario Marcos Iberkleid, que contaba con casi 4.000 empleados pero afrontó una grave crisis desde que en 2008 Bolivia perdió las preferencias arancelarias que le concedía EE.UU por un deterioro de las relaciones con la potencia.

El plan estatal de recuperar la empresa para abrirla a mercados latinoamericanos no dio los frutos deseados.

A finales del 2015, Bolivia exportó textiles por 20,1 millones de dólares, mientras que hizo importaciones por 60,6 millones de dólares, según el privado Instituto Boliviano de Exteriores (IBCE). EFE/Carlos Heras