La presidencia del G77, otro éxito multilateral de Morales con muchos retos

Asumir la presidencia del Grupo de los 77 países (G77) más China es otro éxito multilateral del mandatario boliviano, Evo Morales, pero le plantea un gran reto de coordinación sobre las ambiciosas tareas políticas y económicas que se propone.

El Presidente Morales es nombrado Presidente del G-77. Foto: ABI
El Presidente Morales es nombrado Presidente del G-77. Foto: ABI

Asumir la presidencia del Grupo de los 77 países (G77) más China es otro éxito multilateral del mandatario boliviano, Evo Morales, pero le plantea un gran reto de coordinación sobre las ambiciosas tareas políticas y económicas que se propone.

Morales asumió la presidencia el miércoles en una reunión en la sede del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (Ecosoc), en un acto en el que estuvo acompañado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el presidente de la Asamblea General, John Ashe.


Analistas consultados hoy por Efe destacaron "el prestigio multilateral" de Morales y el mérito de lograr un consenso alrededor de Bolivia para que este año ejerza la presidencia del G77, que agrupa a 133 naciones de América Latina, África y el sur de Asia.

Sin embargo, también advirtieron de los retos diplomáticos que, en la forma y en el fondo, plantea esta oportunidad para el gobernante para ser la voz de un bloque tan plural y diverso como el G77, de cuya fundación se cumplen 50 años en 2014.

"El Presidente está en una importante caja de resonancia. Ha hecho un buen trabajo en el tema multilateral. No lo debería rifar, él tiene que entender que tiene que coordinar temas entre todos los países y son temas generales, no bilaterales", comentó a Efe el analista boliviano en temas internacionales Gustavo Aliaga.

A su juicio, a diferencia de los problemas bilaterales que confronta con algunos países, es "innegable" el éxito de Morales en sus relaciones multilaterales como se vio en las campañas a favor del grano de la quinua, del reconocimiento del agua como derecho humano en la ONU y de la masticación de la hoja de coca con una salvaguarda en la convención antidroga de Naciones Unidas de 1961.

Para el exministro boliviano de Exteriores Armando Loayza, la presidencia del G77 da a Morales una mayor visibilidad, pero también lo coloca ante la obligación de cumplir la regla de oro del bloque: coordinar un "consenso perfecto" en los temas.

"Cualquier miembro de los 77 que disienta de un tema, de una posición, evita que la cuestión tenga un efecto resolutivo, lo que implica un equilibrio diplomático muy delicado, apuntó.

Al asumir la presidencia del grupo, Morales planteó "socializar la riqueza y erradicar la pobreza", refundar las democracias, reconocer como derechos humanos en todas las legislaciones los servicios del agua, electricidad, comunicaciones y saneamiento y, además, nacionalizar su gestión.

También propuso incorporar en todas las legislaciones los derechos de la Madre Tierra, edificar una arquitectura financiera alternativa al capitalismo, que dejen de existir "los organismos financieros y bancos mundiales" que controlan la economía y causan pobreza y estatizar el control de los recursos naturales.

Además, habló del "enclaustramiento marítimo" de Bolivia, que tiene una controversia con Chile, y la soberanía de las islas Malvinas, que enfrenta a Argentina y Gran Bretaña, y pidió que ambos asuntos sean resueltos pacíficamente y en el marco del derecho internacional.

La mención al tema del mar, según Aliaga, puede provocar una reacción de Chile, al ser el G77 un foro multilateral y ser ese en concreto un asunto que el Gobierno chileno considera bilateral.

Más allá del discurso de Morales, -agrega Aliaga- el G77 se interesa tradicionalmente por el calentamiento global, el sistema global de preferencias comerciales para países pobres y el apoyo financiero a los proyectos Sur-Sur, entre otros temas prioritarios.

La evaluación de los Objetivos del Desarrollo del Milenio para el 2015 es también clave, apunta Loayza, quien además cree que Bolivia puede afrontar problemas si en el foro impulsa que las hojas de coca salgan de la lista de estupefacientes de la ONU.

La planta, que tiene en Bolivia usos culturales y medicinales, fue incluida en la lista de estupefacientes de la Convención de 1961 por contener alcaloides que sirven para fabricar cocaína.

El mandatario podrá medir las reacciones sobre su gestión a mediados de este año, para cuando ha convocado a los países del G77 a celebrar el 15 de junio en la ciudad boliviana de Santa Cruz una cumbre para conmemorar los 50 años del bloque. EFE