Cervantes cumple cinco siglos más tarde su sueño de viajar a Bolivia

El deseo de Miguel de Cervantes de trasladarse a Bolivia se cumplió hoy, Día Internacional del Libro, con la primera lectura pública de El Quijote en La Paz.

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El deseo de Miguel de Cervantes de trasladarse a Bolivia se cumplió hoy, Día Internacional del Libro, con la primera lectura pública de El Quijote en La Paz.

Bolivianos y bolivianas de todas las edades desfilaron hoy por el recién estrenado Centro Cultural de España en La Paz, donde por primera vez se siguió la costumbre de leer pública y colectivamente la universal obra cervantina el Día del Libro, que se celebra en coincidencia con la fecha de la muerte del escritor.

Así, Cervantes logró finalmente llegar a la capital más alta del mundo, después de que en 1590 la Corona le negara su solicitud de "un oficio de los que se hallaban vacantes en las Indias", según recoge el tomo dedicado a las obras del escritor dentro de la Biblioteca de Autores Españoles.

El literato pidió "la contaduría del nuevo Reino de Granada, la de las galeras de Cartagena, el Gobierno de Soconusco en Goatemala o el corregimiento de la ciudad de La Paz, pues con cualquiera de estos destinos se daba por satisfecho, apelando al remedio (...) que era el pasarse á las Indias, refugio y amparo de los desesperados de España".

Dicen que el monarca denegó la petición de Cervantes por no ser éste cristiano viejo, aunque es un dato que no está comprobado, según comentaba a Efe este martes el historiador boliviano Fernando Cajías, quien también participó en la lectura.

La mala fortuna de Cervantes respecto a sus aspiraciones indianas fue, sin embargo, la buena fortuna de la historia de la literatura, ya que autores bolivianos sostienen que de haber sido nombrado corregidor de La Paz, su obra cumbre nunca habría visto la luz.

Ya en el año 2005, el escritor Néstor Taboada opinaba que Cervantes "tal vez no" habría escrito El Quijote, "porque hubiera estado en la abundancia".

Es decir, que el cargo y las comodidades habrían influido en la forma de pensar del novelista, que nutrió su obra de la difícil vida que llevaba.

"¡Que gran honor para los paceños que haya pensado en La Paz para salir de su infortunio en España!", apuntó entonces Taboada.

Este martes, durante la lectura, iniciada por el embajador español, Ángel Vázquez, se sucedieron las anécdotas, como la protagonizada por el presidente de la Casa de España en La Paz, Pedro Román, quien sorprendió a los presentes al recordar la reverencia que Simón Bolívar profesaba a la obra de Cervantes.

"Era fanático, fanático" de la obra más universal de las letras hispanas, dijo Román, quien aseguró que el libertador americano decía que en el mundo "había habido tres grandes personas: Cristo, Don Quijote y yo".

Algunos de los asistentes llevaron sus propias ediciones de El Quijote, ejemplares ajados cuyas hojas ya amarillas daban idea de su paso de mano en mano por varias generaciones de la familia.

"He traído este Quijote que heredé de mi abuelita. Mi esposo y yo se lo leíamos por las noches a nuestros hijos cuando eran chiquitos", explicó a Efe la odontóloga Narda Nina, quien se definió como "quijotesca, amante de la lectura" y del ingenioso hidalgo, mientras acunaba con dulzura su antiguo ejemplar de la editorial Susaeta.

La directora del Centro Cultural de España en La Paz, María Pérez Sánchez-Laulhé, manifestó su satisfacción por haber logrado impulsar en La Paz la lectura pública del Quijote en el Día del Libro, tal y como se hace en esta fecha en las sedes del Instituto Cervantes en todo el mundo.

Pérez confió en que esta lectura se convierta en una tradición también en Bolivia y resaltó que hasta ahora "no había actos ciudadanos participativos" para conmemorar este día.

Las actividades de fomento de la lectura entre el público infantil también protagonizan esta jornada en La Paz, agregó. EFE