María rené Duchén, del periodismo a la política

Elecciones 2005 - Jueves, 17 / Nov / 2005
 
(La Paz - La Razón) Blanca y amplia, su sonrisa es su carta de presentación, aunque ya se la conoce. Su elegancia y carisma han marcado, en la pantalla chica, el pulso de las noticias.

Ahora, sencilla y amable, como siempre, María René Duchén, la hoy candidata a la Vicepresidencia de la República por Podemos ha llegado al estudio fotográfico, donde la espera mía.
En la entrevista ella comenta, por primera vez, que jamás se le ocurrió entrar en política. También cuenta que Ricardo Thompson, su esposo, no estaba muy de acuerdo con su candidatura, pero que ahora el artista en cerámica la apoya.
En la charla, antes de la sesión de fotos, ella revela que nunca usaría unas medias con diseños y que tiene un prendedor al que recurre "en desesperación".

Estudiaste Ingeniería y Comunicación al mismo tiempo. ¿Por qué esa exigencia?
Quería estar segura. Tenía capacidad para química y cálculo, y otro tanto me llamaba la comunicación. Entonces seguí, por un semestre, ambas carreras. Me partía en mil para poder llevar las dos carreras, hasta que en el segundo parcial de cálculo me decidí por Comunicación.

¿Qué pasó en ese examen?
Me dije, esto (Ingeniería) puedo hacerlo, pero lo otro es para mi vida. Entonces decidí hacer Comunicación, y como qué, desde el segundo semestre empecé a trabajar, era la ayudante del ayudante del ayudante en una revista. Tuve chance de trabajar en Boni de Bolivia, una revista femenina, primero vendiendo publicidad, luego escribí artículos y en el último número terminé de editora. Fue lindo. Después trabajé en radio, hice FM y AM, empecé de locutora y terminé produciendo y editando programas. De ahí salté a la televisión.

¿En Bolivia se puede ser mujer, madre y política a la vez?
Es difícil, pero se puede. Creo que tienes que ordenarte bien, tener el soporte de tu entorno y definitivamente sacrificar los tiempos para uno.

¿Qué sacrificios implicó?
Ha significado suspender un curso en el Instituto Harvard, sacrificar un curso que estaba haciendo de aymara, suspender rutinas que yo tenía para escribir, leer. He tenido que sacrificar mi tiempo en aras de no cortar el tiempo con mis hijos o con mi pareja. Tiene un costo alto, pero se puede, mucha gente lo ha hecho antes que yo.

¿En qué momento se te mete ese bichito de la política?
Creo que me impresionó mucho lo que pasó en junio. Fui a trabajar a Estados Unidos, volví y lo hice justo una semana antes de la caída de Mesa. No pude llegar a La Paz, el avión se fue a Santa Cruz. Llegué a embarcarme en un vuelo a La Paz y cuando salí del aeropuerto no había nada. Fue como retroceder en la distancia y en el tiempo, y fue muy duro, porque ni siquiera el viento sopló, no habían autos, no había gente, no habían taxistas, no había nada. Llegué a mi casa como pude y mi marido no había hecho mercado, no tenía ningún tipo de previsión. Tuve que comprar comida carísima. Fue una situación muy dura y ahí me dije "así no, así no...". Seguí trabajando normal y la verdad es que yo nunca, nunca de los nunca había pensado ingresar en política.

Al final te animas. ¿Cómo?
Ha sido una decisión muy difícil que me ha conflictuado mucho, porque creo que en periodismo estaba empezando a arañar el nivel que quería, el tipo de concepto, de ejercicio periodístico que quería hacer en lo personal, y también que la red ATB hiciera. Estaba soñando con implementar el periodismo didáctico. Llega esta propuesta y no había opción para hacerlo más adelante. Era un momento donde se requiere el concurso de todos los bolivianos y de alguna manera yo dije "si hay la opción de hacer, seré consecuente". Yo no creo en un periodismo militante, entonces no podía utilizar la palestra de ATB para eso. Sí creo que la solución de esta crisis pasa por lo político, puedo meterme a lo político y creo que tal vez la elaboración del plan de Podemos me está dando la razón, creo que los cambios pueden hacerse desde adentro. La condición que yo le puse a Tuto para ir de su vicepresidenta fue "me dejas participar de la elaboración de programas de proyecto" y Tuto me dijo "okey, venga".

¿Cómo reaccionó tu esposo? Lo primero fue "qué bien, te felicito, es un gran desafío, pensalo". Después fue "mirá, has lo que quieras", después fue "estás bien donde estás, no te muevas" y después me dijo "es tu decisión". Definitivamente tengo que agradecer el respaldo que he tenido de mi familia, porque sin ese respaldo yo no estaría aquí, no habría podido ni siquiera trabajar en televisión.

¿Cómo haces con tus hijos?
Uff, gracias a Dios mi gente sabía que mis horarios eran exigentes, entonces yo tenía mis supertenientes, una extraordinaria secretaria en ATB y mi extraordinaria niñera en casa, eso ayuda. Ahora es más intenso, porque es nuevo y estoy en campaña. Pero ellos están acompañándome, voy a tener un viaje y pienso llevar a mi hijo mayor (10 años), para que vea qué hago, pero hasta ahí, no quiero que se involucren.

¿Cómo se entienden una periodista (María René) con un artista (su esposo)?
Somos sumamente diferentes, con Ricardo (Thompson) pensamos diferente, uno dice blanco y el otro dice negro; es más, te voy a confesar que muchas veces no hemos colgado un cuadro en la pared porque no nos poníamos de acuerdo (ríe), pero creo que en esos mundos diferentes aprendimos a tender puentes y es vía diálogo. Es interesante cómo a lo largo de 14 años de matrimonio hemos encontrado códigos de comunicación que nos han permitido llegar hasta hoy.

¿Cómo te sientes cuando ves el noticiero de ATB?
Me siento bien, porque veo con satisfacción y con mucho cariño a una institución a la que he entregado sangre, sudor y lágrimas, y sabe Dios que me ha costado años de mi vida, días, horas de trabajo intenso. Y siempre esbozo una sonrisa.

¿Después de la política volverías a la televisión?
No sé, dejemos que el tiempo pase. Cerrar o abrir puertas y ventanas en este momento es un poco precipitado. Sí te puedo decir que soy una apasionada de la comunicación, que creo que la comunicación puede construir, y demando eso, que nos ayude a los bolivianos a conocernos y a conocer el país.

¿Qué harás mucho más adelante? ¿Con qué sueñas?
Soñaba y sueño en tener una productora que me permita hacer desde radiogramas pasando por traducciones, interpretaciones de todo tipo de producción, sueño con hacer una serie de producciones de carácter educativo, pero mezclando mucho entretenimiento en diferentes lenguas, lenguas nativas. Creo que la comunicación es muy importante para sanar esas grandes brechas que existen en este momento entre bolivianos.

En tu apariencia física eres siempre clásica. ¿Por qué?
Siento que seguir la moda es fácil para quienes tienen las condiciones físicas para hacerlo y, de pronto, por el tipo de trabajo que he desempeñado no tenía tiempo para ir a vitrinear y probarme ropa y cosas, entonces opté con una línea clásica hace muchos años y me siento cómoda en ella.
¿Qué no vestirías nunca?
Colores muy fosforescentes, con estampados muy llamativos, con medias que tienen figuras. Con cosas así no creo verme.

¿Cómo cuidas tu figura?
Como todo, no me privo de absolutamente nada; es más, me confieso chocolatera, me confieso muy gustera, soy de las que se antoja un helado y va detrás del helado. Creo que el secreto está en eso, en comer saludable y no matarse en dietas.

¿Qué llevas en esa cartera?
Clínex, mi billetera, mis llaves y puntabola.

¿Cosméticos, cepillo?
A veces no hay.

¿Llevas amuletos o alguna de esas cositas?
Alguna vez tengo un prendedor al que quiero mucho y al que acudo ya en desesperaciones absolutas. Mía

El Perfil

María René de los ángeles Duchén Cuéllar nació el 2 de agosto de 1965 en La Paz. Su padre era de Potosí, su abuela de Cochabamba, y el lado materno le dejó herencia cruceña en la sangre. Estuvo en el Instituto Americano y fue bachiller en Estados Unidos. Estudió Ingeniería Química y paralelamente Comunicación, carrera por la que se decidió.
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