Claudia Lampe, la bella deportista en todo su esplendor

(santa Cruz - El Nuevo Día) Con 1.87 metros es imposible que Claudia Lampe Porras pase desapercibida. Juega básquet desde que tenía ocho años, deporte que la ha llevado a recorrer todo el país y el continente sudamericano.

Con semejante estampa no fue nada raro que se convierta en figura de las pasarelas, las cuales frecuenta desde que tenía 14.
Actualmente Claudia se puede considerar una joven realizada, con un lugar de privilegio en el cuadro de honor de su universidad, el Campeonato Nacional de Damas casi en el bolsillo y una posición envidiable entre las modelos Top de las Magníficas. En lo que a amores respecta, no puede pedir más, Ario Freire la tiene como la dueña indiscutible de su corazón.

La coyuntura está hoy estacionada en su vida, como una de las estrellas del club Real Santa Cruz, equipo de básquet que viene desempeñando una excelente campaña. El Nuevo Día aprovechó para conversar con ella y saber lo que está sintiendo en esta etapa tan fructífera de su vida.

¿Cómo te iniciaste en el deporte?
Desde chica me gustaba el básquet y el voleibol, mi mamá fue integrante de la selección nacional.

¿Alguna vez te llevaste algún susto jugando?
Uno que otro pelotazo en la cara o en la nariz, pero nada hizo que me aleje.

¿Cómo hacés para ser alumna destacada, buena deportista y una modelo sobresaliente?
Con mucho sacrificio y responsabilidad. Estoy convencida que cuando uno ama lo que hace, le sale todo bien.

¿Qué disfrutás más?
Las tres cosas.

¿Dónde te sentís más Claudia?
La Claudia de verdad se siente tranquila en su casa, compartiendo con su familia, porque cada faceta que atravieso la disfruto al máximo.

En una cancha de básquet, ¿qué sentimientos te abordan?
Cuando hay el apoyo del público uno siente compromiso con toda la gente que te ha ido a ver, entonces te dan ganas de hacerlo mejor.

¿Y en una pasarela?
Lo mismo, toda la gente te está mirando y tenés que demostrar que sabés.

¿Te has acostumbrado a ser una figura pública?
Sí, es un poco difícil; pero he comprendido que son gajes del oficio. Al ser modelo y deportista uno está en la mira de todo el mundo.

¿Alguna vez has probado la derrota?
Sí, varias veces. En el deporte a veces se gana y otras pierde, al menos en mis comienzos tuve fracasos; pero cuando comencé a ganar no paré más.

¿Cuál es tu receta para reponerte de un mal partido o de una mala racha?
Entrenar con más ganas y esforzarme al máximo en la próxima oportunidad.

¿Cómo te consentís?, ¿con un baño de burbujas o un plato de comida?
Después de un duro trabajo, una buena comida y una siestita me hace bien.

¿En qué parte de tu vida y de tu corazón está Ario?
En este momento estamos muy bien; pero aún no tenemos planes a futuro.

¿Con cuántos años se llevan?
Ocho años

¿Se nota esa diferencia en cuanto a madurez?
No tanto; pero obviamente él ha vivido más cosas que yo, esa es la ventaja que me lleva. Aunque a mi corta edad ya he podido acumular experiencia, he viajado por Europa y Sudamérica.

En la pasarela te ves sensual, concentrada; pero en la cancha estás más eufórica y al natural. ¿La sensualidad es algo que vestís en cierto momento o es algo que llevás con vos todo el tiempo?
Eso te nace, quizá en una pasarela me sale más.
Uno debe saber en qué momento sacar a relucir la sensualidad, aunque a veces sale donde uno menos se lo espera.

¿Qué le agradecés a Dios?
Mi familia, que es lo mejor que me ha dado y también el gozar de salud.

¿Cómo te ves de aquí a 10 años?
Casada, quién sabe, con uno o dos hijos.