El Gran Sandy está de visita en la patria

Miércoles, 22 / Sep / 2004
 
(Santa Cruz - El Nuevo Día)

Gran Sandy: “A Santa Cruz le regalo mi entereza y alegría”
El artista trajo su talento, carisma y buen humor a la Expocruz. Actúa esta noche.

Es un roba risas de primera y pareciera que le resulta difícil mantener una charla sin agregar un toque de humor. El boliviano Alejandro Hangano Cassab, más conocido como "Gran Sandy" llegó a Santa Cruz para participar de la XXIX Feria Exposición. Su show es, sin duda, una de las principales atracciones. Esta vez el cruceño de casi 67 años muestra su nuevo look, ya no está pelado completamente y sus escasos cabellos los tiene de color marrón.

Radicado en Buenos Aires desde 1958, no baja los ánimos cuando recuerda los momentos difíciles que vivió allí hace un tiempo; cuando -afectado por la diabetes- la pérdida de su segunda pierna -hace dos años- y la obligación de recurrir a una silla de ruedas, prácticamente le cerró las puertas artísticas, al menos en Argentina.

Sus agentes dejaron de llamarlo y el bienestar económico de su esposa y su niña de siete años estuvieron en juego. Ante esa situación, Sandy, el hombre luchador, salió a las calles de la gran capital a vender chicles y pastillas que la mayoría de las veces la gente no llevaba, pero sí le dejaba monedas.

Fue un episodio más de su vida que terminó cuando un chileno lo encontró y se propuso hacer algo por quien había regalado tanta alegría a Chile. Fue la Teletón de ese país donde le donaron piernas ortopédicas en 2002, las mismas que le robaron en 2003. En febrero de 2004, el alcalde de un pueblo ubicado a 25 minutos de Santiago, Malloco Peñaflor, le ofreció al artista una casa que podrá pagar a crédito; los estudios de su hija y un trabajo de chef a su esposa.

Ante esa propuesta Sandy espera cambiar su residencia actual por la de Chile, país al que le tiene aprecio y agradecimiento por el cariño que recibió en cada una de sus apariciones públicas y en el que es nada más y nada menos que invitado predilecto de numerosas versiones del Festival Internacional de Viña del Mar.

Ayer, en el día de los enamorados y a pocas horas del aniversario cívico de Santa Cruz, Sandy, sonriente y carismático habló con El Nuevo Día.

Usted actuará ante los cruceños anticipándose a la fiesta cívica de Santa Cruz. ¿Cómo valora esta tierra?

A Santa Cruz le voy a regalar toda mi entereza y mucha risa, sobre todo en esta época en que las cosas están difíciles para todos hay que darles un poquingo de alegría. Los cambas son personas muy leales, a mí me gusta Santa Cruz, pero le hace falta ramplas.

Más allá de que es su trabajo y su modo de subsistencia ¿por qué gusta de darle razones a la gente para sonreír?

Cuando la gente ríe, me da alegría y fuerzas para seguir, es una especie de alimentación personal. En el show si veo que hay alguien que está un poquito serio o distraído, me fijo bien en él hasta que lo hago sonreír, me concentro para que ría y lo logro.

Ayer fue el día del amor, ¿cómo es usted en este aspecto?

Bien, tengo un amor de costumbre. Yo soy 26 años mayor que mi esposa y cuando se me ocurrió casarme con ella tuvo que ir a Paraguay, de donde es, a consultar con su familia. Yo me ocupé de los arreglos y nos casamos en Paraguay. Ella es mi samaritana, una leona que empuja mi silla de ruedas.

¿Qué y a quién ama Sandy?

A mi hija, mi hijo, mi mujer, mi familia, mis parientes, a todos los cruceños.

¿Es romántico?

Sí, pero por ejemplo, si le preguntamos a los hombres cuáles son las claves para poder convidar a una mujer a un momento íntimo, por lo general dicen que las invitan a tomar un café o a escuchar discos nuevos... en cambio yo decía que era un hombre fecundo, pero me había hecho la vasectomía y no podía llegar al clímax; ellas se preocupaban y me decían que ellas me iban a enseñar. Pero yo era tímido...

¿Qué es lo que nunca deja de hacer Sandy?

Me entretengo hablando con los amigos, charlo y trato de vivir bien con todos.

¿En qué cree?

En Dios, pero no soy de ir a la iglesia a hincarme.

¿Qué es la mujer para usted?

Hermosísima, lo mejor que Dios pudo hacer en la tierra.

¿Qué lo haría renunciar a la actuación?

La muerte. Ya he tenido tres ataques cardiacos, pero ninguno ha sido en el escenario. Bueno, el último fue en un pueblo de Chile, que estaba rebalsando y me dio un espasmo, estuve internado cinco días y me pasó. También dicen que tengo bronquitis crónica pero hace un año que dejé el cigarrillo y paradójicamente a los nueve días tuve el primer ataque.

¿Qué opina de los países donde ha tenido más éxito, Chile, Bolivia y Argentina?

Chile me ha tratado demasiado bien, Argentina también, pero están metidos en sus cosas y Bolivia... estoy trabajando por ella.

¿Cómo cambiaría los males de Bolivia?

Poniendo a dirigir el país a la gente buena. No es que yo quiera hacer propaganda pero Caito Flores, un amigo del alma, está interesado en hacer cosas. Claro que yo no entiendo de política, pero sí entiendo a la gente honesta y me parece que eso es lo que nos hace falta.

Hoja de vida

Nombre • Alejandro Hangano Cassab, El Gran Sandy.

Descendencia • Su padre era rumano y su madre libanesa.

Estado civil • Está casado por segunda vez. Su esposa actual se llama Antonia Villalba y lleva nueve años con ella.

Edad • 67 años.

Hijos • Dos: uno de 42 años y una niña de 7.

Inicio Artístico • En 1957 se presentaba en peñas artísticas.

Internacionalización • El primer lugar que visitó fuera de Bolivia fue Corumbá.

Radicatoria • En Argentina desde 1958, donde su fama trascendió fronteras.

Galardones • Ha estado presente en cuatro versiones del festival de Viña del Mar, donde domó al monstruo de la Quinta Vergara que le otorgó “Gaviotas de plata”. En su última participación recibió también la “Antorcha de Plata”.
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