Exposición la quinua y el arte

Adhiriéndose al Año Internacional de la Quinua, el Museo Nacional de Arte, presenta la muestra "La Quinua, el grano de oro desde el arte", exposición colectiva que estará abierta hasta el 29 de septiembre en instalaciones del mismo espacio.

Bolivia.com
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Adhiriéndose al Año Internacional de la Quinua, el Museo Nacional de Arte, presenta la muestra "La Quinua, el grano de oro desde el arte", exposición colectiva que estará abierta hasta el 29 de septiembre en instalaciones del mismo espacio.

Más de una veintena de artistas, presentan obras en torno a la temática de la quinua, desde diferentes enfoques y formas de expresión.

La Quinua es para los bolivianos un referente del desarrollo social y productivo, de las costumbres y tradiciones alimentarias de los andes, y de nuestra propia historia. Importante alimento con altas bondades nutricionales, cuya capacidad de erradicar el hambre y la desnutrición, permite reconocerlo como el "grano de oro" a nivel internacional.

Por la importancia y riqueza patrimonial de la quinua para Bolivia y el mundo, es que el Museo Nacional de Arte presenta este proyecto expositivo que se generó con la idea de confrontar a un grupo de artistas invitados con esa visión extraordinaria, para recorrer la Ruta de la Quinua. Los artistas que participaron de esa experiencia, vieron de cerca los cultivos, conocieron los procesos de cosecha y compartieron con los productores y las comunidades. Fruto de esa vivencia cada uno de ellos ha realizado una propuesta desde su propia práctica artística, lo que le da al conjunto una variedad de medios de expresión y de enfoques, que buscan generar en el espectador un amplio panorama para la valoración de este patrimonio de las naciones andinas.

En la muestra, participan algunos de los más importantes fotógrafos bolivianos entre los que se encuentran Fernando Cuellar, Antonio Suarez y Jaime Cisneros, que a través del lente de sus cámaras manifiestan tanto el impacto cromático de los cultivos sobre el paisaje, cómo la presencia de las personas en las labores que hacen al cultivo de la quinua.

Los contrastes de luz y de color, que ofrecen los cultivos de quinua enmarcados entre el límpido cielo altiplánico y las tierras ocres y pedregosas, además de la significación del cultivo en las comunidades constituyen para los pintores una experiencia altamente inspiradora que para ésta muestra se tradujo en las obras de Diego Morales, Silvia Peñaloza, Edgar Arandia, Erasmo Zarzuela, Fernando Montes y Juana Encinas.  El mismo caso es la impresión digital (grafito y foto shop) de Xavier Pino.

Los grabados de Max Aruquipa, por el contrario prescinden del color para centrarse en la representación de la relación del hombre andino, a través del cultivo, su consumo y el sentido social como alimento de las familias, en áreas en las que las condiciones de vida son muchas veces extremas.

La expresión tridimensional de la escultura nos muestra una variedad de aproximaciones, desde la idea del tiempo y el grano que se escurre como la arena entre los dedos en la delicada escultura en piedra de Gonzalo Condarco, el resurgimiento, que nos refiere al renacer de la quinua, con figuras femeninas que parecen romper la tierra y germinar un nuevo tiempo para la quinua y las comunidades que viven en torno a este cultivo en la instalación escultórica de Sulma Barrientos, hasta el cuestionamiento del valor real del grano de quinua en relación a la alimentación de la humanidad, en el trabajo de María Valeria Palacios.

Aproximaciones mucho más contemporáneas encontramos en El alma de la tierra, de Jaime Achocalla y la instalación de Alejandra Castillo.

La cerámica, halla también un sentido de mayor reflexión en la obra de Isabel Garrón, que recurre a la técnica base de este milenario arte como es la alfarería para plantear un par de instalaciones, en las que los cacharros de cerámica contiene este regalo de nuestra tierra al mundo, con un delicado sentido del color, en el que juega hábilmente con la variedad cromática del grano real.

Mientras que el textil está presente en el trabajo de Mónica Dávalos Tierra fértil, en la que encontramos múltiples referencias, a la feminidad, y a la diversidad. De manera similar el textil como técnica tradicional que ha traspasado los límites del tiempo está la obra de Elvira Espejo Jupa Q’uipi, que sostiene y contiene tanto a la espiga de quinua, como a las personas, con todo lo que de por sí incluye esta representación en la que recurre además a la pintura.

Es esta lectura historiográfica que, se traduce en la expresión artística, queremos mostrar  nuestra valoración por la quinua, honrando los procesos creativos de cada uno de los artistas participantes en la muestra, que develan a través de su pensamiento y propuesta formal, la esencia de nuestras culturas milenarias presente hasta nuestros días.

La muestra permanecerá abierta al público de manera gratuita hasta el 29 de septiembre, en el Museo Nacional de Arte (calle Comercio esq. Socabaya), en la ciudad de La Paz.
(MNA)