Arakaendar, la orquesta boliviana de música barroca se escuchó en Nueva York
La orquesta y coro de música barroca misional Arakaendar de Bolivia sonó en Nueva York en un idílico entorno y reivindicó la importancia de una música que es herencia de las misiones de los jesuitas y de los franciscanos que evangelizaron en el actual territorio de Bolivia, durante la colonia española.
La orquesta y coro de música barroca misional Arakaendar de Bolivia sonó en Nueva York en un idílico entorno y reivindicó la importancia de una música que es herencia de las misiones de los jesuitas y de los franciscanos que evangelizaron en el actual territorio de Bolivia, durante la colonia española.
"Es muy importante que esta música no quede en el olvido porque habla de la cultura de esas naciones, y tiene un enorme valor estético y espiritual", dijo a Efe el director artístico del conjunto, el padre Piotr Nawrot, que lleva 24 años investigando la música misional.
El concierto, al que asistieron alrededor de un centenar de personas, estuvo organizado por la Americas Society y se celebró en la sala que la Hispanic Society of the Americas, en el norte de Manhattan, tiene reservada para lienzos de gran formato del pintor español Joaquín Sorolla.
El grupo, que está considerado uno de los mejores conjuntos barrocos del continente, interpretó piezas que fechan entre el año 1646 y 1742, y combinó voces acompañadas solo por un piano, con unión entre el coro y la orquesta, y finalmente con una interpretación solamente instrumental.
Antes de llegar a Nueva York, la delegación boliviana, integrada por 30 personas, actuó como parte de su gira en Estados Unidos en el templo Corpus Christi de Miami y en la ciudad de Washington, donde ofreció un recital en la sede del Banco Iberamericano de Desarrollo (BID) y en el Kennedy Center.
Arakaendar, que en la lengua indígena guaraya significa "antiguo", está formado por músicos de diversas partes de Bolivia, entre los que hay indígenas de la escuela de música barroca misional de la región de Chiquitos (este boliviano), donde se celebra una afamada bienal de ese estilo.
"Bolivia está en la primera fila en cuanto a la documentación de música antigua de América, y por su volumen e importancia puede ser comparada con las más grandes y notorias colecciones de música que hay en el mundo", destacó el padre Nawrot.
Según el misionero, que también está formado en la carrera musical, este tipo de sonidos poseen carácter universal porque "tienen el poder de influir sobre el ser humano" a lo largo de los siglos, pero a su vez "darle una experiencia única, suavizarlo y producir experiencias espirituales y estéticas".
El sacerdote recibió en marzo de 2012 en España una mención honorífica del VII Premio Internacional Reina Sofía de Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural, en reconocimiento a su trabajo como director del festival de música barroca.
"Esto es al servicio de los músicos de Bolivia y de otros países, porque la música no puede quedarse silenciada", sentenció.
En el concierto, la dirección del coro y la orquesta estuvo a cargo del inglés Ashley Solomon, que trabaja desde hace ocho años con Arakaendar, un grupo que cada dos años se renueva con audiciones nacionales para contar con las mejores voces e interpretes del país
"Hace años que les tenía puesto el ojo", indicó el director musical de la Americas Society, Sebastián Zubieta, que los escogió como el primer concierto del año de música antigua para el centro, que se dedica a la preservación de la música latinoamericana.
La orquesta ha realizado coproducciones con músicos del Reino Unido, España, Holanda, Austria y Singapur, entre otros países. EFE