Juan Alfaro: La caricatura como una forma de vida

Miércoles, 28 / Feb / 2007
 
(Lapaz.bo)

Bolivia.com
“Empecé con la caricatura desde niño, desde que estaba en el colegio, jugando con los compañeros y lo profesores. Eso me marcó el resto de mi vida”, asegura Juan Alfaro (Juancho) quien lleva más de seis mil caricaturas de humor publicadas en varios medios de comunicación escrita y elaboradas en la soledad de su estudio con, el que considera su compañero inseparable, su lápiz.

“A eso de mis ocho años me subí al altillo de un tío abuelo habían muchas revistas viejas y entre esas un revista en blanco y negro que se llamaba Aquí en ella había una caricatura hecha por Flacs…cuando vi esa caricatura por la simpleza, la línea libre que tenia, limpia y el tema directo me gustó y dije que tengo que hacer esto y publicar de la misma manera”, rememora.

Este tupiceño de nacimiento, arribo a su adoptiva La Paz al culminar 1969, su inquietud y picardía por reflejar la cotidianidad política en caricaturas, lo llevaron a trabajar en la revista Cascabel, revista dirigida por Pepe Luque (José Luque Medina) y Rulo Vali (Raúl Gil Valdez) y que alcanzó las 123 publicaciones. De ahí dio su salto a los periódicos, trabajando en el semanario Aquí, Ultima Hora, La Prensa, La Razón y varias revistas y boletines entre las que se encuentran publicaciones españolas como el Quevedos y El Dabon de Ginebra.

Su sobrenombre, cuenta, se lo otorgaron sus compañeros de colegio y desde entonces cada dibujo en sus 38 años de trabajo era rubricado con su nombre, al que se le agregaba el prefijo “cho” que le otorgaba un “sentido más popular”.

“El trabajo de mañana tiene que ser mejor que el de hoy. Me gustaba la sutileza, yo quería hacer pensar al lector por eso no colocaba muchos elementos solamente algún detallito. No tengo personaje fijo por que mis personajes son todos los que están en la calle, en la ciudad, en las oficinas, los personajes eran el pueblo mismo”, relata Alfaro, quien lleva dos años retirado de los medios y como planes futuros se prepara para una exposición de caricaturas, con un estilo diferente.

Su hogar, ubicado en la zona de Chasquipampa, y el cual construyó con el trabajo de su imaginación y su lápiz, le sirve de refugio para la lectura y su actual ciclo, la pintura. Su pequeño estudio acompañado de música, vio la creación de más de seis mil caricaturas, mil de página completa y otras de las que no lleva cuenta.

“Después del fallecimiento de mi esposa dejé la prensa…”, dubita, regresa sobre sus pasos y continúa “no se, no lo encontraba tan humorístico lo que hacia y dije para no continuar preferible es retirarse en este momento y renuncié al trabajo”, concluye.

Su característica de sacar humor de situaciones al igual que el argentino Joaquín Salvador Lavado (Quino) y su trayectoria le hicieron acreedor no sólo de la aceptación de la gente sino del premio a su recorrido el 2000 y 2006 al diploma al mérito como el mejor caricaturista por parte de la empresa brasileña Natura.

Mientras nos alejamos de su vivienda y la cordialidad de este personaje paceño, él continúa trabajando con un lápiz HB, esta vez ilustrando un libro de Chacho Ardaya.
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