Doce cosas que aprendes a los 25 años
A los 25 años ya pasaste la edad en la que muchas cosas te daban igual, la vida ya te dio varias lecciones, ya viviste muchas cosas (buenas y malas) y te caíste mil veces.
A los 25 años ya pasaste la edad en la que muchas cosas te daban igual, la vida ya te dio varias lecciones, ya viviste muchas cosas (buenas y malas) y te caíste mil veces.
A los 25 ya aprendiste que no todo es perfecto, que los finales felices no existen y que en la vida te puede pasar cosas malas pero que depende de ti encontrar la manera de salir adelante.
Estas son algunas cosas importantes que aprendes a los 25 años:
No todas las personas son tan buenas como parecen. A veces conocerás gente falsa que solo actuará para tener algo de ti o para caerte bien. Con el tiempo sabrás reconocer a la gente que hace las cosas desinteresadamente y a la que debes alejar de tu vida.
El trabajo no lo es todo, hay cosas que te hacen más feliz. Es verdad que tienes que trabajar duro para conseguir tus metas profesionales, pero no debes centrar tu vida en tu centro laboral. No te quedes hasta tarde todos los días, no te saltes la hora de almuerzo, no aceptes más trabajo del que puedes hacer. Siempre ten espacio para tus amigos y familia, no te exijas demasiado, en algún momento colapsarás.
Hay que aprender a valorar más el tiempo en familia. Siempre, pero siempre ten tiempo para disfrutarlo con la gente que amas. Visita a tus abuelos, llama a tus padres, sal con tus hermanos, asiste a reuniones familiares, toma un café con tus tíos. La familia siempre es primero, son los únicos que estarán para ti incondicionalmente.
Hacerse independiente siempre será una buena opción para crecer. Da mucho miedo, van haber momentos en que creerás que no lo vas a lograr sola, pero ir a vivir fuera de la casa de tus padres y mantenerte va hacer que crezcas mucho como persona. Vas a valorar mucho más el esfuerzo que ellos hicieron por ti antes y aprenderás a valerte por ti misma. Conocerás una parte de ti que hasta ahora ignorabas.
La vida ya no es como era en la escuela. En el trabajo ya no puedes copiar las tareas de tus amigos, si no quieres salir un día de la cama a pesar de tus responsabilidades decir que estás “enferma” ya no te salvará. Ya no hay recreos para jugar y menos aún estarán tus padres para salvarte la vida. Ahora estás sola en el mundo y cada decisión que tomes tiene una consecuencia.
Cuando cumples 25 crees que tus padres son más geniales que antes. A esta edad vas a querer pasar más tiempo con ellos, apreciarás sus consejos, invertirás más tiempo y saber lo que piensan. Vas a valorar cada segundo con ellos porque sabes que no son eternos.
Hay algunas cosas de la vida que comienzan a tomar sentido. Esas cosas “terribles” que te pasaron antes y que no entendías por qué te sucedían a ti, ahora comprendes que pasaron por una razón. Sí, tal vez pasaron años para que te des cuenta que algún suceso tenía que ocurrir para que ahora seas la persona que eres, pero de eso se trata la vida.
Decir “no” tiene más valor de lo que pensabas. Nadie puede obligarte a hacer algo que no quieres y no debes sentirte mal por eso.
Salir de la zona de confort es más increíble que lo que parece. Todas las cosas maravillosas del mundo se encuentran fuera de tu zona de seguridad. Sí, tal vez te mueres de miedo de renunciar a tu trabajo para postular a otra, probablemente quieres terminar una relación en la que no eres feliz pero temes no volver a encontrar el amor, puede ser que no quieras tomar un curso fuera de tu país por temor a no adaptarte. Pero solo sabrás lo bien que te pudo ir si tomas la decisión de abandonar tu zona de confort.
El mundo tiene cosas increíbles por descubrir. Viaja, sal de tu ciudad o país, descubre nuevas culturas, pasea por sitios que nunca antes habías visitado, ten aventuras lejos del lugar de donde te encuentras ahora.
La mayoría espera que estés casada o ya hayas sido madre. O al menos esperan que tengas una relación estable para que pronto te cases y formes una familia. Te preguntarán “¿Y cuándo nos presentas un novio?”, “Deberías empezar a pensar en formar una familia”, “¿Por qué no tienes citas?”, “¿Ya te diste cuenta que estás llegando a los 30?. La única verdad es que si no te sientes lista o simplemente no quieres cumplir con estos parámetros de la sociedad, no debes sentirte mal. Lo mejor es sonreír y decir “estoy bien así, gracias”.
Tu círculo de amigos va reduciendo con el tiempo. Solo se quedarán tus amigos de verdad, las personas que le aportan algo a tu vida, la familia que escogiste para alegrar tus días y levantarte cuando tu ya no puedes más.