La justicia uruguaya condenó al suegro de Sebastián Marset por tráfico de armas

El suegro del narcotraficante Sebastián Marset fue condenado por la justicia de Uruguay por el delito de tráfico de armas de fuego y municiones. El acusado fue sentenciado este miércoles 8 de noviembre a cumplir seis meses de libertad a prueba.

El imputado de 61 años deberá fijar un domicilio, presentarse una vez a la semana ante la justicia uruguaya, realizar tareas comunitarias cuatro horas una vez a la semana durante tres meses por haber cometido el delito de tráfico de armas y municiones en modalidad de tenencia.

De acuerdo con los medios locales, el caso por el que fue procesado el suegro de Sebastián Marset, no tiene relación con las actividades ilícitas que el narcotraficante realizaba.

Cabe señalar que el condenado, ya había sido detenido en una chacra de Empalme Olmos (Canelones), el 9 de agosto de 2023, por los efectivos de la Dirección General de Lucha Contra el Crimen Organizado, una unidad del Ministerio de Interior que da ayuda a la Interpol.

Según Ámbito, en el allanamiento en el que se aprehendió a G.O.G.G., se le incautó una escopeta calibre 16, sin número de serie ni documentos, además se secuestraron municiones y diversos dispositivos electrónicos.

Tras la incautación, los efectivos derivaron el arma y las municiones al Servicio de Material y Armamento (SMA) del Ejército Nacional donde fueron destruidos.

En esa oportunidad, como señala Ámbito, el acusado de 61 años y suegro de Marset fue liberado por la Fiscalía General de la Nación. En ese sentido se supo que desde la Interpol se había pedido una requisitoria para ubicar al hijo del ahora condenado, Mauro García Troche de 42 años.

El sujeto es el hermano de la pareja sentimental de Sebastián Marse, Gianina García Troche, quien es buscado por ser el testaferro y administrador de los bienes el narcotraficante. Mauro sería uno de los hombres de confianza del narcotraficante.

El mismo medio detalla que el acusado por porte ilegal de armas declaró ante la Fiscalía que lo que se le había incautado era una “escopeta vieja”, y que “hace años” que no veía a su hijo, el presunto testaferro de Marset.