Indignación mundial: una joven iraní murió a golpes luego de ser arrestada por no llevar bien puesto el velo
Para nadie es un secreto que en Irán la represión ha aumentado a pasos agigantados desde la llegada a la presidencia de Raisi. Y la desconfianza cada vez es mayor para las mujeres musulmanas.
Para nadie es un secreto que en Irán la represión ha aumentado a pasos agigantados desde la llegada a la presidencia de Raisi. Y la desconfianza cada vez es mayor para las mujeres musulmanas.
Mahsa Amini es la joven de 22 años que se encontraba en Teherán, capital de Irán, disfrutando de unas vacaciones. Un día, mientras aguardaban en la autopista Shahid Haghani, estaba la joven en compañía de su hermano Kiarash cuando fue detenida por la policía de la moral por no llevar bien puesto su hiyab, velo que cubre la cabeza y el pecho de las mujeres musulmanas.
Amini fue llevada a la comisaria con el fin de que recibiera un curso de "justificación y educación" sobre el uso correcto del hiyab, pero según la policía de Teherán, repentinamente perdió el conocimiento debido a problemas de corazón y un accidente cerebro vascular, siendo remitida en ambulancia y después de dos días en coma falleció. La joven fue declarada con muerte cerebral después de ser arrestada.
Esta versión abrió un gran interrogante de lo que verdaderamente le sucedió a la joven en el trayecto al centro de detención. Según declaraciones de los familiares, la versión de las autoridades no concuerdan con su estado de salud, pues aseguran que la joven era saludable y estaba en perfecto estado antes del arresto.
Incluso, el hermano de la víctima en entrevista con el portal Iranwire, aseguró que al llegar a las afueras de la comisaria se encontró con un gran grupo de familias que esperaban a las jóvenes que estaban en el interior.
Este centro carcelario provisional es famoso porque decenas de mujeres son detenidas diariamente por no ir vestidas bajo las llamadas "correctas normas del islam", y en muchas ocasiones reciben un trato inhumano, pues muchas de ellas son brutalmente golpeadas.
Tras la aglomeración que había en las intalaciones de la comisaria, los efectivos policiales la emprendieron en contra de los familiares con golpes y gases lacrimógenos. Poco después, la joven iraní salió en ambulancia y tras ser revisada en el hospital, se determinó que llegó con contusiones en sus piernas, su ojo derecho estaba amoratado y el oído sangraba.
Una vez se conoció la noticia de su muerte, centenares de personas se volcaron a las calles a protestar, mientras la Policía rechazaba las acciones con golpes y más gases lacrimógenos. También, en las redes sociales miles de personas publicaron las imágenes de la joven convaleciente.
Para nadie es un secreto que en Irán la represión ha aumentado a pasos agigantados desde la llegada a la presidencia de Raisi. Y la desconfianza cada vez es mayor para las mujeres musulmanas.