La brecha productiva crece: Bolivia, casi al final del ranking regional

El informe de la CEPAL deja al descubierto las carencias estructurales que mantienen a Bolivia entre los países menos productivos de América Latina.

La productividad laboral sigue siendo uno de los grandes retos de América Latina, con marcadas desigualdades entre países. Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ubica a Panamá como el país más productivo de la región, mientras que Haití se encuentra en el último lugar. Bolivia, por su parte, está casi al final de la lista, lo que refleja las dificultades estructurales que enfrenta la región para mejorar su competitividad.

La brecha entre América Latina y mercados más avanzados, como Estados Unidos, se ha ampliado significativamente. Según el informe, mientras en 1950 se necesitaban aproximadamente 2,5 horas de trabajo en América Latina para producir lo mismo que en una hora en EE. UU., hoy se requieren casi cuatro horas. Esta situación se agrava por factores como la falta de adopción tecnológica, la informalidad laboral, la insuficiente inversión en desarrollo humano y las desigualdades de género.

El caso de Panamá resalta por su notable crecimiento en productividad, que aumentó un 151% entre 2005 y 2024 gracias a altos flujos de capital y un auge en la construcción. En contraste, Venezuela sufrió una caída del 52% en el mismo periodo debido a su prolongada crisis económica.

Estas cifras reflejan la heterogeneidad en la región, donde países como Chile, Uruguay y Costa Rica han logrado avances significativos en diversificación económica y adopción tecnológica. Chile, por ejemplo, ha potenciado la digitalización en agricultura y servicios financieros, mientras que Uruguay invirtió en educación digital para mejorar la eficiencia en el sector de servicios.

Expertos coinciden en que un aumento sostenido de la productividad podría impulsar significativamente el crecimiento económico de la región. Según estimaciones, un incremento de un punto porcentual en la tasa de productividad podría añadir 0,6 puntos porcentuales al crecimiento del PIB.

Sin embargo, superar los obstáculos estructurales sigue siendo clave para cerrar la brecha con economías más desarrolladas y que el país pueda disfrutar de los beneficios de tener más productividad.