Es importantes presentar soluciones y planes de acción de emergencia para salvar el 80% de la Amazonía antes de 2025. Foto: Shutterstock
Más de 500 pueblos indígenas de la cuenca amazónica claman en un llamado de emergencia para que la humanidad sea consciente de la urgencia de actuar frente a las amenazas que están destruyendo de forma implacable el bosque tropical más grande del planeta y se reunirán en Perú, en un congreso en el que esperan amplificar sus voces.
La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) reunirán por una semana a delegados y representantes de los nueve países que integran la Amazonía para presentar sus amenazas y soluciones y convocar a la unión de pueblos, estados y organizaciones internacionales para preservar el gran pulmón del planeta.
"Ya hay un 20% de la Amazonía que está destruida, contaminada por derrames de petróleo, minería ilegal, deforestación, monocultivos, ganadería (…) Queremos restaurarlo, pero todavía tenemos un 80% vivo que tenemos que salvar para la humanidad", dijo a Efe el coordinador de COICA, Gregorio Diaz Mirabal.
El llamado de urgencia es para los también responsables directos de los países que forman parte de la cuenca amazónica: Brasil, Guyana, Venezuela, Bolivia, Guyana Francesa, Colombia, Perú, Surinam y Ecuador, como los grandes Gobiernos que se han comprometido a ayudar a preservar el gran bosque y no han cumplido su responsabilidad.
Estas soluciones y planes de acción de emergencia deben cambiar la forma que tiene el mundo de verla como una inagotable fuente de recursos, y entender que hay otra forma de riqueza fuera de la explotación de los recursos naturales y que cuide el bosque. Pero, para que esto suceda, las grandes empresas y bancos deben parar de otorgar concesiones que perpetúen la deforestación.
La idea de que el oxígeno que entrega el Amazonas al planeta y la fuente de agua potable que esta cuenca representa es mucho más valiosa que el petróleo y el oro, porque no se pueden reemplazar. Al igual que los conocimientos tradicionales milenarios de los diversos pueblos, que están en riesgo de perderse, y "que pueden servir en este momento para resolver grandes problemas que tenemos como las grandes enfermedades".
Un grito urgente para proteger, legislar y concienciar sobre las amenazas continuas que no pararán hasta que haya un profundo cambio de mentalidad en la sociedad en cuanto al cuidado del planeta.