Luis Arce envía carta al papa y señala que Bolivia se reserva el derecho de ingreso de curas extranjeros

Luego de conocerse diversas denuncias en contra de religiosos de la Iglesia Católica en Bolivia, el presidente Luis Arce, envió una carta de cuatro páginas al papa Francisco, donde señala que Bolivia se reserva el derecho de ingreso de sacerdotes extranjeros que tengas antecedentes de abuso sexual, esto hasta que se elabore un nuevo acuerdo con la Santa Sede.

“El Estado boliviano se reserva el derecho de admitir el ingreso de nuevos sacerdotes y religiosos extranjeros a territorio nacional que tengan estos antecedentes de abuso sexual contra menores, entre tanto, se proceda con la revisión de los acuerdos y convenios vigentes y se concluya la negociación del acuerdo entre el Estado y la Santa Sede que, además, deberá incluir recaudos para que no se repitan los hechos que motivan esta nota”, dice una parte de la carta enviada por Arce.

La misiva leída la noche de este lunes por la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, en una conferencia de prensa, también señala que Arce solicitó el acceso a expedientes de sacerdotes extranjeros que fueron denunciados por abuso sexual en Bolivia.

“Sabedores que la Iglesia católica, bajo su conducción, ha realizado investigaciones sobre hechos de abuso sexual a niñas, niños y adolescentes en diferentes latitudes del mundo, que tienen identificados casos y presuntos autores, pido a usted que la Justicia boliviana pueda acceder a todos los archivos, expedientes e información referente a estas denuncias y hechos de abuso sexuales cometidos por sacerdotes y religiosos católicos en territorio boliviano”, señala la misiva dirigida al papa Francisco.

En la carta, Arce señala que se encuentra “indignado” por las denuncias de abusos sexuales cometidos por religiosos a menores de edad en el país, los cuales fueron develados luego de que el tabloide español El País revelara el caso de Alfonso Pedrajas.

Es así que el mandatario asegura también que estos son delitos “deplorables y aberrantes” que quedaron en la impunidad durante muchos años pues “fueron ocultos durante años, tiempo que transcurrió en aparente normalidad por el silencio cómplice de la estructura eclesial local, que encubrió los mismos con una inaceptable indiferencia e indolencia”.

Arce también hace hincapié en que estos delitos no son “errores” como lo había señalado en anteriores ocasiones el el arzobispo de Santa Cruz, René Leigue, quien calificó como “errores” estos hechos delictivos. En ese sentido, el presidente instó a que la Iglesia pase de los pronunciamientos a las acciones concretas, para que se logre hacer justicia.