Bolivia confirma la quinta ola de la COVID-19 en medio de un conflicto médico
La estrategia de contención se basará en la dotación de pruebas diagnósticas, la aplicación de vacunas y el proceso de vigilancia epidemiológica activa, precisó.
La estrategia de contención se basará en la dotación de pruebas diagnósticas, la aplicación de vacunas y el proceso de vigilancia epidemiológica activa, precisó.
El Gobierno boliviano confirmó que el país ingresó a la quinta ola de contagios de la COVID-19, tras cuatro semanas consecutivas de incremento de casos, al mismo tiempo que una huelga médica en pie pide mejores condiciones de trabajo y la renuncia del ministro de Salud, Jeyson Auza.
"En este momento de manera oficial (el país) se encuentra en la quinta ola epidemiológica de la pandemia después de cuatro semanas consecutivas de ascenso de casos", aseveró Auza durante el informe semanal de la pandemia.
El ministro detalló que la semana pasada se presentaron 1.609 nuevos contagios y el deceso de siete personas a causa del coronavirus, "un incremento del 24% a nivel nacional" en relación al mismo periodo anterior.
Justamente, los antecedentes de ese incremento se han comenzado a sentir en regiones como Beni, Pando, Tarija, Cochabamba, La Paz y Oruro.
Bolivia ingresó a una nueva escalada epidemiológica marcada por la variante BA.2 de la cepa Ómicron cuya presencia en el país se confirmó a principios de mayo.
El país afrontó un primer pico que se sintió principalmente entre julio y agosto de 2020 con una letalidad de 6,2%, luego una segunda ola entre enero y febrero del año pasado además de un tercer episodio en junio y julio de esa misma gestión, ambas con una letalidad del 2,7%.
Sin embargo, el cuarto pico que se manifestó entre fines de diciembre del año pasado y enero de esta gestión tuvo un nivel de contagio mucho más alto con jornadas en las que los casos sobrepasaron los 14.000 por día, aunque la tasa de letalidad se mantuvo controlada en un 0,7%.
Auza afirmó que para esta nueva ola se seguirán haciendo "todos los esfuerzos" para mantener la normalidad de las actividades económicas y educativas.
La estrategia de contención se basará en la dotación de pruebas diagnósticas, la aplicación de vacunas y el proceso de vigilancia epidemiológica activa, precisó.
Desde enero del año pasado se han aplicado 13.928.305 vacunas entre primeras, segundas, terceras y cuartas dosis, además de componentes únicos a una población de 10,2 mayores de 5 años.
Bolivia acumula desde la llegada de la pandemia en el país en marzo de 2020 unos 21.949 decesos y 910.228 casos confirmados de la enfermedad de los que 15.833 se mantienen activos.
El viernes pasado, el sector de salud a la cabeza del Colegio Médico de Bolivia inició una huelga para pedir la anulación de la Ley de Emergencia Sanitaria, plazas médicas, más recursos para la compra de insumos y medicamentos a lo que luego se sumó el pedido de renuncia de Auza.
Sobre esto, el ministro aseguró que el reclamo busca "enlodar la gestión de lucha contra la pandemia" y se mostró abierto a dialogar con el 90% de trabajadores en salud que, según consideró, decidieron trabajar y no acatar la medida de presión.