Envían a prisión a periodista por entrevistar a una reclusa

Una juez envió a prisión a un periodista acusado de obstruir la Justicia por haber entrevistado en una cárcel a una de las presuntas implicadas en el caso del bebé Alexander, que murió en noviembre pasado tras supuestamente ser violado en circunstancias aún no aclaradas.

Una juez envió a prisión a un periodista acusado de obstruir la Justicia por haber entrevistado en una cárcel a una de las presuntas implicadas en el caso del bebé Alexander, que murió en noviembre pasado tras supuestamente ser violado en circunstancias aún no aclaradas.

La juez Lorena Camacho ordenó la detención preventiva en el penal de San Pedro de La Paz del periodista Carlos Quisberth Fernández, del matutino El Diario, acusado por el delito de "obstrucción de la justicia", señaló a los medios el fiscal Marco Antonio Vargas.

El periodista fue detenido el domingo cuando se encontraba en la cárcel de Kalahuma, en el pueblo de Viacha, a unos 30 kilómetros de La Paz, a donde acudió para entrevistar a una enfermera encarcelada por supuesto infanticidio y encubrimiento.

Según Vargas, Quisberth no se identificó como periodista de El Diario para hacer la entrevista e intentó "influir de alguna forma" en la investigación del caso al entregar a la mujer dos notas, cuyo contenido no ha sido revelado.

En declaraciones al canal privado ATB, el periodista negó las acusaciones en su contra y denunció que estuvo incomunicado por varias horas y que no le permitieron llamar a un abogado "de confianza".

El pequeño Óscar Alexander, de ocho meses, fue trasladado el 13 de noviembre desde un orfanato estatal al Hospital del Niño de La Paz, donde fue reanimado tras entrar en paro cardiorrespiratorio, y posteriormente fue derivado a otro hospital debido a que la unidad de cuidados intensivos estaba saturada.

La muerte del bebé tuvo lugar en ese segundo hospital, y la autopsia posterior determinó que el fallecimiento se debió a una hemorragia interna provocada por un supuesto abuso sexual.

Este caso causó conmoción en la sociedad boliviana y provocó reacciones al más alto nivel, además de poner en evidencia la precariedad de los orfanatos y las debilidades de la Justicia para aclarar el caso.

La mayoría de los detenidos son médicos y otros profesionales sanitarios de los dos hospitales que atendieron al menor, situación que ha provocado protestas de ese sector, que ha protagonizado varias huelgas para exigir la libertad de sus compañeros al considerarlos cabezas de turco.

El fiscal Vargas recordó hoy que el caso se investiga en reserva por su connotación social y aseguró que es "deber del Ministerio Público velar" por que la investigación continúe "con la mayor transparencia".

La Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia (ANP), que agrupa a varios medios impresos, consideró que el encarcelamiento de Quisberth estuvo precedido "de un irregular procedimiento de la fiscalía y la policía" y "representa un atropello a la libertad de expresión y de prensa", señaló su asesor legal, Eduardo Olivares.

Olivares explicó que cualquier ciudadano puede visitar las cárceles sin restricciones y, en este caso, el periodista ingresó en el penal previa presentación de su cédula de identidad, y la detenida aceptó su visita, según un comunicado de la ANP.

Agregó que el procedimiento de imputación y la detención de Quisberth fueron irregulares porque se ejecutaron en menos de 24 horas, cuando este proceso demora habitualmente una semana.

La ANP presentará este martes una acción de libertad en favor de Quisberth, mientras que el sindicato de trabajadores de El Diario se declaró en emergencia por la detención de su colega y convocó a una movilización mañana. EFE

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