Áñez califica de "criminal" el fraude electoral del que acusa a Evo Morales
Áñez hizo sus acusaciones basándose en el informe final de la OEA sobre los comicios del 20 de octubre.
Áñez hizo sus acusaciones basándose en el informe final de la OEA sobre los comicios del 20 de octubre.
La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, calificó este jueves de "acto criminal" lo que consideró como "un fraude monumental" orquestado por Evo Morales en las pasadas elecciones en el país.
"Ha orquestado un crimen de dimensiones escandalosas", denunció Jeanine Áñez, basándose en el informe final de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre los comicios del 20 de octubre.
Los hallazgos de este informe publicados en la víspera son "pavorosos", aseveró la mandataria interina durante un discurso en el palacio de Gobierno en La Paz.
El Gobierno anterior "no tuvo escrúpulos para burlarse de los bolivianos", criticó Áñez, después de que el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, "fue tejiendo una red de corrupción asentada en los poderes del Estado para montar un fraude monumental".
"Solamente con el afán de perpetuarse en su modelo de poder, corrupto, ilegal y violento", agregó.
"Ahora entiendo mejor la forma en que tuvieron que huir de Bolivia tanto Morales como su pequeño grupo de activistas violentos y criminales", comentó sobre la salida hacia su asilo en México del que fuera presidente y varios miembros de su Gobierno.
La jefa de Estado transitoria calificó a Evo Morales de "gobernante sin honra".
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El análisis de la OEA confirma que hubo "operaciones dolosas" en las elecciones, que alteraron "la voluntad expresada en las urnas".
"Las manipulaciones e irregularidades señaladas no permiten tener certeza sobre el margen de victoria del candidato Morales sobre el candidato Mesa", apunta el informe final.
Morales fue proclamado vencedor por un margen del 10,57% de votos sobre Mesa, con tan solo un 0,57% de diferencia para evitar una segunda vuelta entre ambos.
La OEA emitió un informe preliminar el pasado 10 de noviembre en el que advertía de graves irregularidades, tras lo que Evo Morales anunció primero la repetición de las elecciones y horas después su renuncia, denunciando un golpe de Estado para sacarlo del poder.
Áñez asumió el poder dos días después, con el compromiso de ejercerlo de forma interina hasta unas nuevas elecciones.
Una ley consensuada entre la oposición, de la que salió su Gobierno provisional, y el Movimiento al Socialismo, con mayoría en el Parlamento boliviano, anuló los comicios del 20 de octubre para iniciar un proceso de urgencia hacia nuevas elecciones.
La nueva cita con las urnas se espera a comienzos de 2020, pero aún sin una fecha concreta.