Hijo de madre austríaca y padre italiana, el actor generó gracias a sus diferentes raíces una sensibilidad bastante particular con lo que conforma el mundo, ya que no solo se trata del entorno en el que creció, sino de las realidades que le tocó ver mientras desarrollaba su carrera.
Sin embargo, Strong en un principio tomó una decisión completamente alejada a lo que en la actualidad es su carrera. En un inicio estaba convencido de que quería estudiar derecho en la Universidad de Múnich, hasta que descubrió que su verdadera pasión era la actuación, lo que lo llevó a ingresar al Bristol Old Vic Theatre School, donde aprendió diferentes técnicas para poder perfeccionar su interpretación.
A pesar de que en años posteriores el cine fue en lo que se terminó enfocando, sus inicios se remontan a series de televisión como ‘Prime Suspect’ y ‘Our Friends in the North’, donde el público empezaba a tener en su imaginario la figura del actor.
En lo que respecta al cine, su popularidad aumentó significativamente cuando empezó a interpretar a villanos o figuras que son de un perfil autoritario como lo hizo en cintas del corte de ‘Sherlock Holmes’ de 2009, ‘Robin Hood’ de 2010 y ‘Green Lantern’ de 2011.
No obstante, el actor en su búsqueda de no querer encasillarse en solo un estilo de personajes, también se animó a incursionar en el drama, la comedia e incluso la acción en cintas como ‘The Imitation Game’ de 2014, ‘Kingsman: The Secret Service’ de 2014 y ‘Shazam!’ de 2019.
Teniendo una de las voces más características del medio, Mark Strong se ha convertido en una figura muy respetada dentro de Hollywood por su enorme capacidad de interpretar personajes tan distintos. Un ícono que ya es considerado un referente con respecto a la actuación.