Proponen delimitar áreas arqueológicas de La Paz para su conservación

El valle de Chuquiago Marka fue una extensión cultural de la civilización Tiwanaku, así lo demuestran los restos ceremoniales descubiertos en la hoyada paceña.

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El valle de Chuquiago Marka fue una extensión cultural de la civilización Tiwanaku, así lo demuestran los restos ceremoniales descubiertos en la hoyada paceña.

"Es momento de plantear una política muy clara para preservar y establecer los sitios arqueológicos que deben estar claramente delimitados, para cumplir con tareas de conservación y de difusión de nuestras culturas ancestrales", dijo el Alcalde Luis Revilla.

La autoridad municipal dijo conocer la existencia de muchos rastros arqueológicos de la cultura Tiwanaku, también de anteriores y posteriores civilizaciones a ella, que necesariamente deben ser preservados y conservados para difundir su existencia.

La Sociedad  Arqueológica de La Paz expresó su respaldo por la propuesta.

Según investigaciones científicas, hace tres mil años, antes de nuestra Era, existieron grupos de recolectores-cazadores, que caminaban por el valle del illimani. Hacia el año 800 antes de nuestra Era, los primeros grupos poblacionales tiwanacotas se asentaron en la actual ciudad de La Paz; en el año 1100, la civilización de Tiwanaku desapareció y los señoríos aymaras procedieron, paralelamente, a establecerse en la hoyada paceña, posteriormente también lo hicieron los incas.

El arqueólogo Carlos Lémuz de la Sociedad Arqueológica de La Paz, dijo que respalda la propuesta del Alcalde, pero solicitó que no sea un acto demagógico y que se pueda plantear a partir del municipio paceño una política de Estado para la preservación del patrimonio arqueológico.

"La preservación debe cumplirse junto a las normas ambientales del patrimonio, por lo que es necesario que se realicen fichas ambientales para el respectivo rescate de los restos arqueológicos, cada vez que se edifiquen construcciones en la ciudad de La Paz"; aseveró Lémuz.

Extensión cultural

Por su parte el investigador y cronista del siglo XXI, Edwin Conde Villarreal enfatizó que Chuquiago Marka, la actual ciudad de La Paz, fue una extensión cultural del centro ceremonial de Tiwanaku y no sólo una región de producción agrícola o minera, como se creía.

Así lo demuestran –dijo el cronista– los hallazgos arqueológicos que se hicieron en varios sectores de esta metrópoli, ellos comprueban que, junto a la actividad productiva en el valle del Illimani, existió un dinamismo ritual y ceremonial proveniente del Estado Magnánimo Tiwanacota.

"Por ejemplo, el vaso sahumador de cerámica zoomorfo y ceremonial, con la representación de un felino, considerado la cerámica más representativa de la cultura tiwanacota durante su periodo expansivo, no fue descubierto en Tiwanaku, sino en la actual zona Chuquiaguillo, en el macrodistrito Periférica", añadió el investigador.

También se encontró una roca esculpida en Llojeta, hallada por el explorador Wendell Bennett —el mismo que descubrió el monolito Pachamama— cuando realizaba excavaciones en el lugar en 1934.

La escultura tiene forma antropomorfa y una asombrosa semejanza a la figura central de la milenaria Puerta del Sol. "Esto demuestra que la ritualidad de Tiwanaku también se expandió hasta nuestra actual urbe", dijo el cronista del siglo XXI.

Los arqueólogos aún no pudieron descubrir en Chuquiago Marka, la ciudad de La Paz, estructuras ceremoniales monumentales, semejantes al conocido centro ceremonial de Tiwanaku distante a 70 kilómetros de la actual sede del Gobierno. Pero la ritualidad al ancestro —como un elemento unificador del Estado tiwanacota— se cumplió en el valle del Illimani en determinados lugares que "necesariamente" fueron considerados ceremoniales y rituales./ Ecv (SIM/GAMLP)

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