Uyuni despidió a los coches en el Salar y recibe a las motos y a los quads. Foto: EFE
Para cumplir con un viejo anhelo del presidente Evo Morales y de los organizadores, que se frustró el año pasado, los coches lograron marcar su partida de su octava etapa desde el Salar de Uyuni, la reserva de litio más grande del mundo.
Una verdadera multitud tomó las carreteras desde la madrugada para elegir el mejor sitio para ver la partida de los autos, que se hicieron en grupos de cincos en línea recta.
El propio presidente Evo Morales se dio el gusto de dar la salida a la tercer serie, con una bandera de Bolivia.
Una fiesta popular se montó apenas pasado el hotel de sal, donde se montó un podio para marcar el lugar de regreso de los coches en su etapa maratón, con un total de 806 kilómetros hasta el campamento de la ciudad chilena de Iquique.
Las motos y los quads retomaron este domingo su actividad tras la jornada de descanso del sábado, en el inicio de la séptima etapa, la ida de la maratón, hasta Uyuni con un total de 808 kilómetros.
De esta manera, se vuelve a retomar la disputa española entre el líder Joan Barreda (Honda) y su escolta Marc Coma (KTM), con una ventaja de doce minutos y 18 segundos para el primero.
En quads, el polaco Rafal Sonik buscará mantener su ventaja sobre sus perseguidores sudamericanos, el chileno Ignacio Casale que está a veinte minutos y cuatro segundos, y el uruguayo Sergio Lafuente, distante a treinta minutos y cincuenta segundos del líder. EFE