Festival de Viña cancela tradicional alfombra roja en medio de crisis chilena
El espectáculo inaugural se celebrará en "un espacio desprovisto de alfombra roja", en el interior de un lujoso hotel y contará con un número "reducido" de invitados.
El espectáculo inaugural se celebrará en "un espacio desprovisto de alfombra roja", en el interior de un lujoso hotel y contará con un número "reducido" de invitados.
La organización del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, que se celebrará en febrero en esa ciudad chilena, informó este jueves 16 de enero, que decidió sustituir la tradicional alfombra roja al aire libre por un evento a puerta cerrada debido a la grave crisis que vive el país austral.
"La gala, que tradicionalmente se realizaba el viernes anterior al certamen musical, será reemplazada este año por un programa de televisión que transmitirá el lanzamiento del evento", indicó en un escueto comunicado la dirección del que está considerado uno de los festivales más importantes de Latinoamérica.
El espectáculo inaugural se celebrará en "un espacio desprovisto de alfombra roja", en el interior de un lujoso hotel y contará con un número "reducido" de invitados relacionados con los 61 años de historia del festival, agregaron.
Desde que estallaron las protestas el pasado octubre, han surgido rumores sobre una posible cancelación del certamen, que finalmente se llevará a cabo del 23 al 28 de febrero en esta ciudad costera del centro de Chile, que se encuentra a unos 110 kilómetros de Santiago.
La gala de inauguración se celebraba hasta ahora un día antes del inicio de los conciertos, con una alfombra roja al aire libre cerca del paseo marítimo por donde desfilaban artistas locales e internacionales.
Entre los artistas que actuarán este año destacan el puertorriqueño Ricky Martin -que participará en el evento por sexta vez-, la chilena Mon Laferte, el español Pablo Alborán o la banda estadounidense Maroon 5.
La crisis, la más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), ha dejado al menos 27 fallidos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema con saqueos e incendios y denuncias de organismos internacionales contra las fuerzas de seguridad por presuntas violaciones a los derechos humanos.
Las manifestaciones, que comenzaron en respuesta a un aumento en la tarifa del metro y se convirtieron en un clamor contra la desigualdad, han perdido fuerza, pero sigue existiendo descontento en las calles y la crisis parece lejos de solucionarse, pese a las medidas sociales anunciadas por el Gobierno y al plebiscito sobre una nueva Constitución.
El estallido social provocó la suspensión de importantes eventos internacionales como el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25) o la Copa Liberadores de fútbol.