90% de abusos sexuales contra niños vienen de su entorno

Sociedad - Lunes, 22 / Ago / 2005
 
(La Paz - La Razón)
Bolivia.com
Son sobrevivientes de un trauma que deja huella en sus vidas y necesita terapia permanente. Las consecuencias pueden ser inseguridad, falta de autoestima, complejo de culpa o hipersexualidad.

“Tía, la Rosmery está enamorada de mí. Dice que me ama, que somos amantes. Me abraza, me acaricia, me besa y me dice que nos vamos a casar”. Estas palabras fueron la pauta para que los familiares de María —nombre ficticio—, una niña de siete años de edad, se dieran cuenta de que su niñera, Rosmery Baltazar Mamani, de 25 años, abusaba de la menor, cuando su madre viajaba por asuntos de trabajo.

La fiscal adscrita al caso, Nancy Romero, cuenta que, según las investigaciones, María, que era una niña muy alegre y vivaz, de repente cambió su comportamiento. “La niña había modificado su conducta. Se convirtió en una persona muy huraña, reservada. Nadie sabía por qué ese cambio”. Esto hizo que su tía —que iba a visitar a la menor cuando su madre no estaba en casa—, se diera cuenta de que algo andaba mal. Y es que la niñera, con el pretexto de que iba a bañar a María, cerraba la puerta del baño y no dejaba que nadie ingrese. “La desnudaba, la acariciaba y la iniciaba en actividades de tipo eróticas, mientras la bañaba”, afirma Romero.

Según los datos de las Defensorías de la Niñez y Adolescencia de La Paz y El Alto, nueve de cada 10 denuncias de abuso sexual y violación contra menores son perpetradas por su entorno más cercano, vale decir, la niñera, el padre, el tío, el hermano y el padrino, entre una lista interminable de personas que tienen toda la confianza de los niños.
La directora de la institución en La Paz, Nelly Pereira, afirma que “la violencia sexual que se da dentro del entorno de la víctima, sobre todo es de un familiar muy cercano. Estamos hablando en muchos casos del padre, del padrastro, del hermano, que se han convertido en el eje central de maltratadores y violadores”.

Pero estos datos no se registran sólo en el occidente del país. En Cochabamba, según los datos de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, en el primer semestre del año en curso, hubo 33 denuncias de abuso sexual, que comprenden violación, abuso deshonesto, tentativa de violación y acoso sexual. De este total, ocho fueron perpetrados por un desconocido, siete por el padre y otro tanto igual por el tío, cuatro por el vecino, dos por el inquilino y el guardia de seguridad, uno por el profesor, el dueño de casa y el compadre.
La Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Santa Cruz, según María Rosa Valencia, directora de la institución, recibió 86 denuncias en el primer semestre de 2005. “En el 70 por ciento de las denuncias presentadas, los abusadores son parte del entorno cercano de los menores”.
Carmen Íñiguez, sicoterapeuta de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de La Paz, define a los menores que sufrieron abuso sexual como sobrevivientes. “No me gusta llamarlas víctimas, sino sobrevivientes de un trauma”.
Y es que para que la huella del abuso del que fueron víctimas se borre de sus vidas —al menos en niños mayores de seis años, que según la sicóloga, ya tienen más conciencia de la realidad—, es necesario hacer terapias “de manera sistemática”, es decir, de forma permanente en sus vidas, pues de lo contrario, las secuelas de la victimización podrían tener consecuencias terribles que varían en cada caso, según los rasgos de personalidad del menor.

“De acuerdo con la estructura de personalidad, las sobrevivientes podrían crear un rechazo al sexo opuesto. También podrían presentar rasgos de baja autoestima, complejo de culpa, inseguridad, desmotivación, inhibición, problemas de aprendizaje y, en otros casos, hipersexualidad”.
En el caso de María, su mamá notó cambios en la conducta de su hija. “De repente empezó a juntar a sus peluches a su alrededor y decía que ellos la iban a proteger”, cuenta Romero.

Según la Fiscal, es muy importante que los padres observen a sus hijos, “pero sobre todo que escuchen lo que tienen que decir”.
La tía de María se dio cuenta de que la niña era abusada, precisamente porque la escuchó.
Es así que su madre hizo la denuncia contra Baltazar Mamani por abuso deshonesto. Pero pese a las evidencias, la niñera que abusó de manera deshonesta de María se encuentra libre y trabaja en otro hogar, también como niñera, pues el juez que lleva el caso le dio medidas sustitutas, a pesar de que continúa llamando y buscando a la niña.
Puntos de vista

“Se repiten los patrones”
Carmen Íñiguez. Sicoterapeuta de la Defensoría


“El tema es que se repiten los patrones. Hay una repetición de conductas de padres que han sido violados, o que han vivido o visto abusos y repiten la misma conducta. Pero también está el tema de adolescentes que por falta de información en lo que respecta el desarrollo de su sexualidad cometen estos actos. Es normal que un chico de 13 ó 15 años quiera hacer un reconocimiento propio de su sexualidad activa. Ahí juegan un rol muy importante los padres con la información. Y es que los más de los casos de violación son perpetrados por hermanos de 15 ó 16 años. Por eso la familia y los valores que transmite son tan importantes. Lastimosamente, en muy pocos casos la familia se esfuerza en apoyar a esas niñas. En la mayoría de los casos, hacen la denuncia y no vuelven nunca más o incluso encubren al violador”.

“El alcohol es un problema”
Claudia PAredes.
Diputada del MIR


“Los factores que llevan a que se abuse de los niños son muchos. Está la falta de instrucción, la pobreza. Muchos de estos casos se reproducen en las clases populares. Esto no quiere decir que entre las personas que tienen dinero no ocurra. También existe. Pero entre las personas de escasos recursos, el problema es que muchas veces las mujeres tienen muchos hijos, no hay un control de natalidad, y después no tienen cómo mantenerlos. Tienen parejas que les van a ayudar a solucionar su problema del día, y a cambio permiten que sus hijas sean abusadas por sus parejas. También está el tema del alcohol que es un problema terrible en nuestra sociedad. Los padres llevan a sus hijos a prestes y en el estado etílico en el que se encuentran pasan cosas terribles, como la violación”.

Los casos que están en los tribunales

La madre sabía de la violación

En la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de El Alto, se ventila el caso de una menor que fue abusada sexualmente por su padrastro Víctor Z. durante cinco años. Carmen F. , la madre de la niña que en la actualidad tiene nueve años, tenía conocimiento de los abusos, pero nunca hizo la denuncia.
Según los informes de la Defensoría, la menor era víctima de abuso deshonesto. “El padre punitivo realizaba toques impúdicos a la niña”, dice el documento. Sin embargo, cuando la menor cumplió nueve años, el padrastro la violó. A pesar de ello, la madre no denunció. Fue la abuela materna quien lo hizo.
La juez del caso determinó el traslado de la niña a un hogar sustituto, para protegerla de su padrastro. Asimismo, estableció la necesidad de quitarle la autoridad materna a Carmen F., quien fue cómplice de los hechos.
Los informes sicológicos de la niña dan cuenta de que “presenta sentimientos de indiferencia referentes a las relaciones materno infantiles y desconfianza”.

Abuso a un niño de cinco años

La fiscal Nancy Romero lleva el caso de dos niños de dos y cinco años de edad que fueron víctimas de abuso deshonesto, perpetrado por su niñera.
Romero cuenta que la madre de los niños detectó el cambio en sus personalidades, pero además se dio cuenta de que la niñera era en extremo cariñosa con los pequeños, quienes al verla se asustaban y se abrazaban con angustia de su madre.
Sin siquiera poder hablar bien, la niña de dos años contó que la niñera la desvestía y le tocaba los genitales. Su hermanito mayor contó que la mujer le hizo tener relaciones sexuales con ella, a pesar de su corta edad.
Romero afirma que el juez que lleva el caso determinó la detención preventiva de la niñera que responde al nombre de Gudelia Q., en la cárcel de mujeres de Obrajes, hasta que se realice la audiencia respectiva para determinar su futuro. Se le acusa, afirma la Fiscal, de abuso deshonesto agravado, que tiene, según el Código Penal, una pena máxima de cinco años.

El novio de su madre la abusó

Cecilia —nombre ficticio—, tenía una relación de pareja con Ramiro A. Por diferentes circunstancias, la relación terminó. Una noche, Cecilia fue a una fiesta y dejó sola en su casa a su hija de once años de edad.
La fiscal adscrita al caso, Nancy Romero, afirmó que según las investigaciones preliminares, esa noche, Ramiro traspasó la pared de la casa y se dio modos para ingresar al cuarto de la niña, quien dormía.
La sacó violentamente de su cama y le pasó las manos por el cuerpo. Luego, cuenta Romero, utilizó un chicote para obligarla a la felatio. Justo cuando el hombre se ponía un preservativo para violarla, la niña logró escapar.
La Fiscal cuenta que la menor logró salir de la casa en busca de ayuda, y una vecina la rescató.
En la actualidad, el hombre está con detención preventiva en la cárcel de San Pedro por orden del juez cautelar que lleva el caso.
La fiscal Romero comenta que se espera que se determine la fecha para que se realice la audiencia en la ciudad de El Alto.

Su padre, un alcohólico, la violó

Su madre abandonó a Fátima —nombre ficticio—, de siete años de edad y a sus tres hermanos de seis, ocho y 13 años. Su padre, Milton C., no se hizo cargo de ellos, porque es un bebedor consuetudinario. Es así que su abuela paterna, Praxides Q., los acogió en su hogar.
Un día, Milton —que vive en las calles y casi nunca iba a ver a sus hijos—, fue a la casa de su madre y, según las investigaciones preliminares y los informes de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de El Alto, violó a su hija con tal violencia, que cuando la niña fue internada en el Hospital el Niño, fue sometida a una operación para reconstruirle los órganos genitales.
La abuela de los niños negó que su hijo haya cometido el hecho y culpó a los hermanos menores de Fátima. La niña fue trasladada a un hogar sustituto.
El padre de la menor se encuentra en la cárcel de San Pedro con detención preventiva, en espera de su audiencia.
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