Fueron exhumados los restos del entierro de Kalasasaya

El director ejecutivo del Centro de Investigaciones Arqueológicas, Antropológicas y Administración de Tiahuanaco (CIAAAT), Julio Condori, informó que arqueólogos bolivianos del Ministerio de Culturas y Turismo iniciaron la exhumación de 17 vasijas y restos de alimentos de la cultura Tiahuanaco, halladas en el Templo de Kalasasaya que datan de 300 y 600 años después de Cristo (d.C.)

"Por la estructura y la forma en la que se hallaron los objetos prehispánicos, no se descarta que se encuentren restos humanos y se trate de un entierro ceremonial. Esta hipótesis se comprobará cuando concluyan las excavaciones debajo de los objetos descubiertos, que se prevé sea en los próximos días", indicó citado en un boletín de prensa.

Explicó que para rescatar esos objetos se procedió a la extracción de las primeras vasijas sobre la base de protocolos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

El hallazgo se encuentra al interior de Kalasasaya a 50 metros detrás del monolito Ponce, en el muro interior sobre las plataformas donde existen las construcciones y monumentos de la cultura de Tiahuanaco.

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Condori dijo que, una vez extraídas las vasijas prehispánicas con todo su contenido en su interior, serán sometidas a laboratorio, donde se hará una limpieza y el análisis químico de los residuos de alimentos.

"Se viene realizando una serie de trabajos a través del plan de gestión y conservación con un sondeo de excavación, lo que ha permitido alcanzar importantes descubrimientos que por los avances se presumen era parte de un entierro ceremonial o un centro de ofrendas", agregó.

Kalasasaya, piedras paradas en aymara, habría sido el centro ceremonial del complejo Tiahuanaco ya que tiene 128 metros de largo x 120 de ancho; su estructura rectangular está basada en columnas de arenisca y piedras labradas, entre las cuales hay conductos de desagüe para las aguas pluviales.

El Centro Espiritual y Político de la Cultura Tiahuanaco fue declarado por la Unesco en el año 2000 como patrimonio de la humanidad, debido a su valor universal excepcional expresado en la concepción y maestría constructiva de los templos.