¿Tu hijo ama lo ajeno? Evítalo desde ya
Dicen que ladrón es menos producto de la necesidad, que de la oportunidad. Aunque a veces pasa que es simple gusto por lo ajeno, un gusto que en no pocos casos proviene de la educación que damos a nuestros hijos en casa.
Dicen que ladrón es menos producto de la necesidad, que de la oportunidad. Aunque a veces pasa que es simple gusto por lo ajeno, un gusto que en no pocos casos proviene de la educación que damos a nuestros hijos en casa.
Los niños —especialmente los pequeños— creen que todo es de ellos y esto es algo normal. No se trata de que sean malos niños, sino que apenas están en el proceso de aprender sobre normas, valores y comportamiento en sociedad. Es por ello que, tanto en este asunto como en muchos otros temas que conforman la educación de los menores, es importante que como padre te hagas presente, sobre todo en la prevención.
Enseña a tus hijos cómo deben comportarse en toda circunstancia. No esperes a que las cosas sucedan bajo la idea de que "tu hijo es incapaz de eso”.
Aquí algunas sugerencias para lograrlo:
1. Háblale sobre lo bueno y lo malo
Alienta las actitudes positivas de tu hijo y explícale —tanto como sea necesario— por qué no debe tomar lo ajeno. Procura además ser congruente entre lo que le enseñas a tu hijo y la forma en que tú te comportas.
2. Enfrenta la situación de inmediato
Si tu hijo ha tomado algo que no es suyo, no lo castigues de inicio. Primero que nada, explícale que lo que ha hecho está mal y haz que lo devuelva. En caso de que el niño sea consciente de su acción, ponle un castigo que además implique asumir su culpa y disculparse con la persona afectada.
No lastimes su integridad física o emocional. Recuerda que las personas hablando se entienden. Y si tienes dudas, llévalo a hacer lo correcto, pero no lo juzgues si no estás seguro de nada.
3. Descubre sus razones
Existen ocasiones en que los niños toman lo ajeno porque sienten que lo necesitan. Incluso, pueden hacerlo porque creen que con ello ayudan a un ser querido. No es lo más común, pero suele suceder, así que procura descubrir lo que motivó su conducta, en primer lugar. De ese modo sabrás qué hacer para evitar que vuelva a ocurrir.
4. Enseña a tus hijos el valor de las cosas
Si les enseñas a obtener lo suyo con su propio esfuerzo, no solo descubrirán su valor, sino cómo obtener lo que desean, sin necesidad de convertirse en un ladrón.
5. No cumplas todos sus caprichos
Créeme cuando te digo que no le estarás haciendo ningún favor, si cumples cada uno de sus caprichos. Al contrario, le harás sentir que es merecedor de todo. Aunque te duela debes hacerle saber a tu hijo que no es tu obligación darle gusto a cada momento. Procura que sea consciente de que muchas cosas se ganan, otras tantas no son realmente necesarias y que otras simplemente no forman parte de tus obligaciones.
Las malas conductas no nacen con los seres humanos. Eso de que los niños son angelitos, tiene mucho de cierto, pues son almas totalmente limpias. Ojalá fuera posible mantenerlos así el resto de su vida, pero es casi imposible. Sin embargo, recuerda que la educación empieza por casa y que el ladrón no nace, se hace.
Interlatin / Yordanka Pérez Giraldo, Familias.com