Cadena de intermediarios encarece precios de productos que llegan al consumidor

Una larga cadena de intermediarios se lleva una importante parte de la ganancia de los productos campesinos que llegan al mercado y encarecen los precios que llegan al consumidor fina.

Bolivia.com - Actualidad
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Una larga cadena de intermediarios se lleva una importante parte de la ganancia de los productos campesinos que llegan al mercado y encarecen los precios que llegan al consumidor fina.

Según conclusiones de una investigación en este juego del mercado los campesinos no tienen otra opción que entregar sus productos a la hilera de acopiadores, rescatistas, mayoristas móviles, mayoristas fijas, vendedoras ambulantes, minoristas y detallistas que participan de la compra-venta.

Así ha identificado el investigador y economista Osvaldo Guachalla, dentro del proyecto sobre Mercados Campesinos de Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras (AVSF), a la cadena de intermediarios que se llevan una importante parte de las ganancias dentro del rubro de los productos de primera necesidad, en los mercados de Patacamaya y Villa Dolores (El Alto). Su análisis muestra que los detallistas y minoristas obtienen ganancias para el sustento del día, pero los mayoristas acumulan capital y ganancias.

En las últimas semanas los productos del campo han incrementado sus precios para el consumidor final de las ciudades, sin que ese panorama pueda ser modificado incluso con las medidas gubernamentales de apertura a la importación de ciertas hortalizas. El precio del tomate subió de 2 a 3 Bolivianos la libra en la ciudad de La Paz (50%), y otros productos tienen similar comportamiento monetario.

El agrónomo Hugo Chambilla, coordinador del proyecto, explica que es difícil lograr el objetivo “del productor al consumidor” porque en caso de que el pequeño productor no logre vender su producto en las ferias tradicionales, éste no puede retornar a su comunidad cargando su mercancía por el alto costo en transporte y no puede permanecer en la ciudad por el alto costo en alojamiento; otro problema importante es que el campesino necesita retornar a su comunidad con otros productos distintos a los suyos (arroz, fideos, azúcar, aceite, velas, pilas, etcétera), por tanto debe vender lo más pronto posible sus productos y sus inmediatos compradores son los intermediarios.

Chambilla dice que es cierto que el intermediario introduce en sus costos el pago del transporte, el trabajo y el tiempo, lo que incrementa el precio de los productos para el consumidor final. “Habría que cuantificar todas estas cosas y ver quién está llevándose la mejor tajada (ganancia), nosotros hemos visto que quien se lleva la mejor parte es el intermediario”, dice el investigador de AVSF.

A la vez la intermediación abre otras formas de aumentar la ganancia, como la compra de la cosecha por adelantado (endeudando al campesino), las relaciones de compadrazgo entabladas entre acopiadoras y campesinas, el peso calibrado a conveniencia del comerciante frente al cálculo, al ojo, del campesino. Guachalla dice que en realidad se debería hablar en sentido femenino porque un 95% de las personas dedicadas a la producción, la intermediación e incluso el consumo (compradora final) es mujer.

Según el investigador, los pequeños campesinos tienen una planificación de su llegada al mercado y saben calcular sus expectativas de ganancia, a pesar de esta situación siguen trabajando individualmente y sin organizarse. “En una feria que visité (un productor) me dijo ‘nosotros vendemos al supermercado, hasta nos falta cantidad’; ellos necesitan acelerar la producción, apoyo de ingenieros”, comenta.

Las leyes y políticas a favor del pequeño productor están llegando al campo de manera no definitiva sino coyuntural, opina Guachalla, quien además considera que las medidas no llegan precisamente al campesino con más necesidades para que pueda responder con mayor cantidad de productos en el mercado. Y es que el problema radica en que la expansión del mercado está expulsando a los pequeños productores hacia las ciudades a trabajar.

En ese contexto el “precio justo” es un objetivo todavía lejano, entre otras cosas porque si bien existen organizaciones de intermediarios y consumidores, Hugo Chambilla pone el énfasis en la ausencia de la organización o asociación de los campesinos para enfrentarse al mercado, aunque a la vez existen experiencias en microferias ecológicas impulsadas por organizaciones no gubernamentales que dan “señales” de que es posible contactar al productor con el consumidor final.

Hugo Chambilla y Osvaldo Guachalla trabajan en el proyecto Mercados Campesinos de Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras, con estudios e intervenciones en las áreas rurales de La Paz, Cochabamba y Tarija, y cada uno puede ser contactado respectivamente en los correos hugochasi@yahoo.es y osvaldogh@hotmail.com

Fuente PIEB