Papa León XIV: el vínculo de Robert Prevost con Francisco en tiempos de agustinianos

Robert Prevost se convirtió en Papa este jueves 8 de mayo y su vida tuvo conexión en el trabajo agustiniano con el Papa Francisco. 

Robert Francis Prevost se convirtió en el Papa León XIV este jueves 8 de mayo ante la mirada de cientos de feligreses en la Plaza San Pedro, su trabajo como misionero agustiniano dejó sus huellas en Latinoamérica. Era el Obispo de Chiclayo, en Perú, su trabajo estuvo vinculado al camino del Papa Francisco. 

Aunque estuvo cerca de Bolivia, no existen registros de que el Papa León XIV haya realizado labores misiones en nuestro país, pero su trayectoria pastoral estuvo muy afianzada en Trujillo, una región del vecino país.

"Soy hijo de San Agustín. Soy cristiano y obispo. Podemos caminar juntos hacia esa patria para la que nos ha preparado Dios", precisó el Papa León en su primer discurso desde el Balcón de San Pedro. 

¿Cuáles son sus orígenes? 

Aunque nació en Chicago, Estados Unidos, en 1955. Robert Francis Prevost es hijo de madre española y padre francés, su trabajo de misionero lo llevó a vivir gran parte de su labor en Perú y por esta razón se convirtió en el primer Papa con doble nacionalidad, estadounidense por nacimiento y peruana por trabajo pastoral. 

Se ordenó sacerdote a los 26 años, estudió teología en Chicago donde logró una mención especial en la misión intercultural y antes de fallecer, el Papa Francisco lo eligió como nuevo prefecto de la "Congregación de Obispos", por lo que se conoce se había ganado la confianza a pulso de Francisco. 

Conexión pastoral desde Argentina 

Debido a su trabajo pastoral en Perú, Prevost y Bergoglio se conocían desde Argentina, ambos compartían su visión sobre los migrantes, la dura situación que atraviesan desde la pobreza. 

En ese entonces, Jorge Bergoglio era Prior de la Orden de San Agustín y durante sus visitas institucionales al vecino país se consolidó una amistad entre ambos, especialmente durante los años de Prevost en la Curia Romana. 

Esta conexión se fortaleció cuando, ya como Papa, Francisco celebró su primera misa pública el 13 de marzo de 2013 en la parroquia de Santa Ana del Vaticano, confiada a los agustinos. Allí, al reencontrarse con Prevost, lo reconoció de inmediato y retomaron su diálogo.

Más tarde ese año, Francisco aceptó la invitación de Prevost para presidir la misa de apertura del Capítulo General de los agustinos en la basílica de San Agustín en Roma, un gesto que subrayó su cercanía y aprecio por la orden. Ambos amaban el trabajo pastoral de los agustinianos, una orden que regresa al Papado.