Ventas de urea boliviana ascienden a 160 millones de dólares en seis meses
La urea boliviana es "bastante requerida por los mercados de Brasil, Argentina, Paraguay, Perú y Uruguay".
La urea boliviana es "bastante requerida por los mercados de Brasil, Argentina, Paraguay, Perú y Uruguay".
La estatal boliviana Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) informó que las ventas de urea ascendieron a 160 millones de dólares entre enero y junio del 2022 y que los principales mercados son el brasileño y el argentino.
El presidente de YPFB, Armin Dorgathen Tapia, detalló en un comunicado que en el primer semestre se facturaron "160 millones de dólares por la comercialización de urea granulada a los mercados interno y externo", lo que representó unas 273.688 toneladas métricas del fertilizante.
"Un 15% de esta cantidad tuvo como destino el abastecimiento de mercado interno y el 85 % se comercializó a los mercados de exportación", señaló el presidente de YPFB.
El funcionario afirmó que la urea boliviana es "bastante requerida por los mercados de Brasil, Argentina, Paraguay, Perú y Uruguay".
La planta petroquímica en la localidad de Bulo Bulo, en la región central de Cochabamba, fue puesta en marcha en 2017 con una capacidad diaria de producción de 2.100 toneladas de urea y 1.200 de amoniaco.
Hasta junio, esa planta se ha usado el 80% de la producción de urea.
Por otra parte, el Gobierno firmó un convenio para la construcción del complejo industrial "Planta de Producción de Fertilizantes Granulados Cochabamba" entre la Empresa Boliviana de Industrialización e Hidrocarburos (EBIH) y Sur Energy SRL, según un comunicado del Ministerio de Hidrocarburos y Energías.
En "menos de doce meses vamos a tener nuestra propia planta de producción de fertilizantes. Esto cobra mayor importancia. Esta planta va a tener una composición de nitrógeno, fósforo y potasio que son los más importantes para la producción agropecuaria", dijo el presidente de Bolivia, Luis Arce, en la firma del acuerdo este fin de semana.
Arce destacó que esta planta hace parte de la meta de su Gobierno de priorizar la industrialización con sustitución de importaciones y que este complejo permitirá dejar de depender de insumos que se importan desde otros países para la agroindustria y la agricultura.
El proyecto tendrá una inversión de 62,2 millones de bolivianos (unos 8,991 millones de dólares) con una capacidad de producción de 60.000 toneladas al año y se prevé que se ponga en marcha en 2023.