Violencia en Bolivia se debe a ‘delincuentes políticos': Murillo

El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, afirmó el viernes que "delincuentes políticos" manipularon a las personas de sectores más humildes, incluso haciéndoles consumir bebidas alcohólicas, para generar nuevamente actos de violencia, pese a la crisis sanitaria que vive el país por el coronavirus COVID-19.

A "estos delincuentes políticos no les tiembla la mano para meterles cosas en la cabeza a la gente más humilde, más pobre y meterles alcohol. En El Alto estaban borrachos, en Yapacaní (también) estaban borrachos y de esa manera se manipuló poniendo en riesgo la vida de muchísimas personas", dijo Murillo, en una conferencia de prensa en Santa Cruz.

Anoche, en El Alto (La Paz), algunas personas que exigían "elecciones ya", atacaron a dos motorizados del sistema de transporte municipal "Wayna Bus", que llevaba a personal de salud; y en Yapacaní (Santa Cruz), otras personas, en motocicletas y con el rostro cubierto, arremetieron contra la Policía de esa región.

Murillo detalló que en el caso de Yapacaní, los manifestantes se robaron 20 motocicletas, pero ya están identificados y serán detenidos cada uno de ellos para que respondan por sus actos delincuenciales.
 
"Después esa gente va a la prensa y dice están violando los derechos humanos (pero por ejemplo en El Alto) han atacado hasta a los buses con médicos y eso es un acto criminal, ni en la guerra se ataca a médicos", aseveró el Ministro, a tiempo de advertir que detrás de estos hechos está nuevamente el Movimiento Al Socialismo (MAS).

Los hechos de violencia coincidieron anoche con una actividad denominada "petardazo", también en demanda de elecciones, y con la aprobación de una ley en la Asamblea Legislativa Plurinacional, dominada por la mayoría de parlamentarios del MAS, para acortar los plazos de los próximos comicios generales.
 
"Esta es la forma más criminal de hacer política exponiendo a la gente y por supuesto que estaba absolutamente todo preparado. En la política no hay la casualidad, en la política todo está programado. Hay una desesperación por el poder, pero no para hacer bien al país, sino para seguir beneficiando (...) al narcotráfico", apuntó.