Monumentos de Tiwanacu afectados por hongos y algas

Un estudio busca combatir la invasión de hongos y algas, en los monumentos patrimoniales, sin que afecten o dañen su estructura.

Detalle de un pilar en el Templete de Calasasaya (Tiahuanaco) , que muestra la invasión de hongos y algas. Foto: EFE
Detalle de un pilar en el Templete de Calasasaya (Tiahuanaco) , que muestra la invasión de hongos y algas. Foto: EFE

Un estudio busca combatir la invasión de hongos y algas, en los monumentos patrimoniales, sin que afecten o dañen su estructura.

Algunos monumentos de Tiwanacu están acosados por líquenes, hongos y algas, que una investigación de la bioquímica Georgina Chávez Lizárraga se ha propuesto aislar e identificar con el propósito de saber, en un segundo momento, cómo combatirlos sin dañar el patrimonio cultural del sitio arqueológico.

"Hemos detectado que hay un gran deterioro en algunos monumentos –dice Chávez, y hemos hecho visitas previas para reconocimiento. Están creciendo un montón de líquenes en las superficies de las rocas, este es un problema que no solo va a afectar estéticamente a los monumentos, sino que estos líquenes están tan fuertemente unidos o adheridos a la roca y están haciendo que las iconografías se estén perdiendo".

La bioquímica Chávez, para este estudio becaria del Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), dice que aparentemente el problema principal está en la Puerta del Sol, la Puerta de la Luna y en las cabezas clavas del Templete semisubterráneo de Tiwanacu, aunque también son parte del estudio el Monolito Fraile, el Monolito Ponce y el Monolito Descabezado.

"El problema es bastante grande. Los líquenes son una combinación de algas y hongos, una vez que aparecen crean un ambiente propicio para que crezcan pequeñas plantas. En algunos casos ya están ahí, en las cabezas clavas del templete parece que hay pasto en algunos casos", explica.

La investigación denominada "Aislamiento e identificación de microorganismos presentes en monumentos del Patrimonio Cultural Tiwanaku" se desarrolla en los laboratorios del Instituto de Investigaciones Fármaco-Bioquímicas de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas de la UMSA. Allí la tesista Neyda Toro trabaja aislando los hongos de cada muestra tomada en su visita de campo: se toma una muestra, se incuba en un medio especial, en ese medio crece una mezcla de microorganismos contenidos en la muestra, se aisla cada hongo, bacteria o alga, para finalmente identificar científicamente la taxonomía de los especímenes.

Chávez explica que debido a que los monumentos son un patrimonio cultural, no se puede cortar de raíz los líquenes o usar agentes químicos para combatirlos. La tarea es empezar por identificar científicamente los microorganismos, clasificarlos por sus géneros y especies, y posteriormente averiguar si existe un biocontrolador capaz de separarlos naturalmente de los monumentos.

"Por ahora no sabemos cuáles son los microorganismos en género y especie. Las características de estos líquenes son particulares porque sorprende que crezcan en un ambiente árido y seco como el altiplano… Creemos que es consecuencia del cambio climático, eso ha favorecido que haya mayores precipitaciones pluviales, mayor humedad, es una sumatoria de causas. La idea es parar lo más pronto posible (el crecimiento de los líquenes)", dice Chávez, antes de explicar que los monumentos de arenisca, entre ellos la Puerta del Sol, son los que tienen mayor problema, en comparación con los de andesita, debido a que su material es poroso y los líquenes pueden arraigarse con éxito.

La investigación dirigida por la doctora en biotecnología Georgina Chávez se realiza con el Área de Biotecnología Fúngica del Instituto de Investigaciones Fármaco- Bioquímicas de la UMSA, con apoyo del Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA) y colaboración del Centro de Investigaciones Arqueológicas Antropológicas y Administrativas de Tiwanacu (CIAAAT).

Fuente: PIEB

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