Entre la cuna de Messi y la de Neruda, el Dakar incorpora a Bolivia

En la sexta edición del rally en tierras latinoamericanas, los organizadores han incorporado a Bolivia y han abandonado a Perú, mientras que Argentina y Chile se mantienen como fieles escenarios desde 2009.

Bolivia.com - Deportes
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En la sexta edición del rally en tierras latinoamericanas, los organizadores han incorporado a Bolivia y han abandonado a Perú, mientras que Argentina y Chile se mantienen como fieles escenarios desde 2009.

El rally Dakar de 2014 comenzará el 5 de enero en Rosario, ciudad de nacimiento del futbolista Lionel Messi, y acabará trece días más tarde en Valparaiso, cuna de Pablo Neruda, tras haber pasado por primera vez en su historia por Bolivia, que se convierte en el 28 país que forma parte de la legendaria carrera.

"Hemos encontrado de nuevo el terreno para un Dakar espectacular, con tres países que no se parecen entre sí y que son fuente de promesas de dificultades extremas", indicó el director de la prueba, Etienne Lavigne, durante la presentación de la misma en París.

En busca siempre de nuevos desafíos, de nuevas dificultades para los participantes, el Dakar ha encontrado un terreno de sorpresas en la región boliviana de Potosí.

Las negociaciones con La Paz se aceleraron en los últimos meses y fue necesario el impulso del presidente, Evo Morales, para que finalmente la organización se decidiera a entrar en un país que venían explorando desde hace dos años.

Pero el corto periodo de tiempo y las dificultades propias de la orografía boliviana, dividida entre el altiplano y la selva amazónica, han hecho imposible que el Dakar llegue a ese país con toda su intensidad, por lo que solo las motos y los quad entrarán en ese país.

"En Bolivia el Dakar transcurrirá por terrenos realmente complicados. En muchos casos, la logística nos impedía llevar a coches y camiones por lugares por los que sí pueden circular motos", aseguró Lavigne.

Bolivia será el escenario de dos etapas en las que los pilotos disfrutarán del imponente Salar de Uyuni y de otras rutas escarpadas que "no desmerecerán en dificultad" a la leyenda del Dakar, según Lavigne.

Antes, el rally habrá comenzado en Rosario, junto al monumento a la bandera argentina que jalona el río Paraná y habrá puesto rumbo al oeste del país, a las faldas de la cordillera andina, que volverán a proponer sus escarpadas pistas y su desierto lleno de trampas.

La caravana llegará a Salta, en el norte argentino, un terreno inédito de la carrera donde tendrá lugar la jornada de reposo el 13 de enero.

Salta sustituye así a San Miguel de Tucumán y será la antesala de una división del rally.

Las motos y los quads irán a Bolivia, mientras que el resto de la caravana comenzará a degustar las dunas del desierto de Atacama, que volverá a convertirse en el juez de la carrera.

"Será un nuevo desafío para la organización, que tendrá que organizar dos rallys de forma simultánea en terrenos totalmente diferentes", indicó Lavigne.

Reunificada la caravana en Atacama, el rally pondrá rumbo al sur, encajonado entre la cordillera andina y el Pacífico, hasta su final el 18 de enero en la ciudad de Valparaiso, que en el pasado sirvió como ciudad de descanso y que en esta ocasión acogerá el podium de los ganadores, que el año pasado ocuparon Stéphane Peterhansel en la categoría de coches y Ciryl Despres en la de motos.

El Dakar conquista un nuevo país, pero sus organizadores siguen jalonando todo el territorio para encontrar nuevos desafíos en el futuro.

Entre ellos Perú, que fue el punto de salida de la pasada edición y que en esta ocasión no ha entrado en los planes "por motivos logísticos", según Lavigne.

"Nuestro terreno de base es Argentina y Chile y subir hasta Perú en esta ocasión, era muy complicado. Pero mantenemos los contactos con Perú, que puede ser un compañero de viaje en el futuro", indicó el director de la carrera.

Lavigne aseguró que también están reconociendo terrenos en otros países, como Paraguay o Ecuador, que pueden prestar escenarios para el Dakar en futuras ediciones. EFE/Luis Miguel Pascual