La mala hora del fútbol boliviano
El fútbol boliviano pasa por un muy mal momento dentro y fuera de las canchas, con sus principales dirigentes encarcelados por supuesta corrupción.
El fútbol boliviano pasa por un muy mal momento dentro y fuera de las canchas, con sus principales dirigentes encarcelados por supuesta corrupción.
Además de un futuro incierto sobre la selección nacional y sus cuatro representantes en la Copa Sudamericana eliminados en primera fase.
La debacle de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) comenzó en julio pasado, cuando la Fiscalía General decidió iniciar una investigación por supuestos hechos de corrupción en el manejo de recursos económicos que ingresaron a esa institución.
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Esa investigación surgió como consecuencia del escándalo de sobornos en la FIFA que investiga la Fiscalía de Estados Unidos, en el que están implicados varios dirigentes del máximo organismo del fútbol mundial acusados de corrupción y blanqueo de dinero, incluidos varios latinoamericanos.
El primero en caer en Bolivia fue el actual presidente de la FBF y tesorero de la Conmebol hasta la semana pasada, Carlos Chávez, recluido preventivamente en el penal de Palmasola de la ciudad de Santa Cruz desde el 21 de julio.
Chávez, que alega ser inocente, preside la FBF desde 2006 y fue reelegido dos veces, en 2010 y 2014, en medio de polémicas y disputas entre dirigentes.
A su detención siguieron las de otros tres dirigentes que también están recluidos preventivamente en cárceles de Santa Cruz y de las ciudades amazónicas de Cobija y Trinidad.
La FBF envió una carta a la FIFA y la Conmebol para denunciar una intervención del Estado al fútbol boliviano a través de la Fiscalía, a la que esas entidades replicaron expresando su "más absoluto respeto por las investigaciones y procesos judiciales" que se llevan a cabo en Bolivia siempre que éstos sean fundados.
También anunciaron que encargarán un informe de auditoría a la FBF por las denuncias que investiga la Fiscalía, que el jueves allanó la sede de la entidad deportiva en la ciudad de Cochabamba en busca de más documentos para proseguir con sus indagaciones.
Para la próxima semana se ha anunciado un congreso para elegir al nuevo presidente de la federación, aunque esa reunión estará matizada por rencillas entre los dirigentes que quieren imponer sus propios proyectos de reconducción del vapuleado fútbol boliviano.
Además, algunos clubes "grandes" también protestaron contra la decisión de contratar al español Miguel Ángel Portugal como nuevo entrenador de la selección en reemplazo de Mauricio Soria, con quien ya se logró un acuerdo para la anunciada rescisión de su contrato.
Portugal, que ya dirigió en Bolivia al campeón Bolívar, aún debe asumir formalmente la conducción de la Verde, pero ya presentó una nómina con 21 convocados para partidos amistosos en septiembre.
El día 4 del mes próximo, Bolivia se enfrentará con su similar de Argentina en Houston, EE.UU. y cuatro días después debía medirse con República Dominicana, pero ese encuentro fue cancelado.
Los amistosos serán el fogueo del equipo boliviano antes de iniciar su andar en octubre en las eliminatorias del Mundial de Rusia 2018, en las que su primer rival será Uruguay.
El español estará ante el enorme reto de lograr lo que sólo logró un compatriota suyo antes: la histórica clasificación de la Verde al Mundial de EE.UU. en 1994, algo alcanzado por la plantilla comandada por el vasco Xabier Azkargorta.
La Verde ocupa el puesto 67 en el ránking FIFA y es penúltima entre los equipos latinoamericanos, por delante de Honduras.
En medio de la incertidumbre sobre el futuro de la selección de fútbol, el Bolívar, el Oriente Petrolero, el Real Potosí y el Aurora fueron eliminados de la primera fase de la Copa Sudamericana, otro síntoma de la crisis del fútbol boliviano. EFE