Por: Mary Mora con información de EFE • Bolivia.com

Un nuevo dinosaurio gigante y con diminutos brazos fue hallado en Argentina

Estos fósiles dibujan el aspecto del Meraxes gigas, un dinosaurio del grupo de los carcarodontosáuridos que medía unos once metros de largo, pesaba más de cuatro toneladas, con dientes afilados y poderosas garras.

Meraxes gigas, una nueva especie de dinosaurio con brazos diminutos y unas cuatro toneladas de peso. Foto: EFE
Meraxes gigas, una nueva especie de dinosaurio con brazos diminutos y unas cuatro toneladas de peso. Foto: EFE

Estos fósiles dibujan el aspecto del Meraxes gigas, un dinosaurio del grupo de los carcarodontosáuridos que medía unos once metros de largo, pesaba más de cuatro toneladas, con dientes afilados y poderosas garras.

Un descubrimiento tiene consternado a un equipo de Argentina que dio con una nueva especie de dinosaurio, el Meraxes gigas, cuyo nombre hace un guiño al autor de 'Juego de Tronos'.

Solo se ha hallado un solo ejemplar, pero muy completo y en muy buen estado de conservación, dijo a Efe Juan Ignacio Canale, del Museo Municipal Ernesto Bachmann en Villa El Chocón (Argentina) y líder del equipo que hizo el hallazgo que se publica en Current Biology.

El cráneo casi completo, aunque sin mandíbulas; diversas vértebras, entre ellas quince articuladas de la cola; ambas caderas, la cintura pectoral y la pélvica, así como los brazos diminutos y las patas casi completas.

Estos fósiles, hallados en la Patagonia argentina, dibujan el aspecto del Meraxes gigas, un dinosaurio del grupo de los carcarodontosáuridos que medía unos once metros de largo, pesaba más de cuatro toneladas, con dientes afilados y poderosas garras.

Los restos son de un ejemplar de unos 45 años, con un cráneo de casi 1,30 metros de largo decorado con crestas, surcos, protuberancias y pequeños cuernos (propios de un ejemplar adulto).

Un gran carnívoro en la cúspide de la cadena trófica, como lo describe el paleontólogo del argentino Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

El hallazgo se produjo en 2012, cerca de Villa El Chocón, al sur de la provincia de Neuquén, en un lugar llamado Cañadón de las Campanas, donde ya se habían encontrado otros restos de dinosaurios.

"Sabíamos que podía haber más y organizamos un trabajo de campo conjunto", con la Fundación de Historia Natural Félix de Azara y el Museo Field de Chicago (Estados Unidos), en el que aparecieron estos fósiles que "no tienen prácticamente signos de erosión", relató Canale.

Los primeros restos hallados salían de la roca y "tuvimos que excavar bastante. Lo que estaba más profundamente enterrado tiene un estado de conservación muy, muy bueno", agregó.

La especie Meraxes gigas desapareció hace unos 85 millones de años, a finales del Cretácico Superior, cuando se produjo un "pequeño evento de extinción no masiva" que también acabó con otros dinosaurios, "posiblemente por un cambio climático, aunque no estamos seguros".

Aunque tenía unos brazos desproporcionadamente cortos, como el Tyrannosaurus Rex, "no hay una relación cercana de parentesco"; de hecho, el dinosaurio argentino se extinguió 20 millones de años antes de que el otro se convirtiera en especie y están muy alejados en el árbol evolutivo.

"No sabemos muy bien por qué se dio esta tendencia evolutiva", aunque es probable que, en formas más primitivas, los brazos hubieran "cumplido un rol importante en la depredación", pero con el tiempo estas funciones las habría realizado con la cabeza.

De lo que Canale no duda es de que alguna función tenían, "no eran extremidades vestigiales". Aunque los brazos fueran cortos, sus huesos eran muy robustos; además, la escápula y el punto de inserción muscular estaban muy desarrollados.

Eso significa que los brazos no se encogieron porque fueran inútiles, pero la cuestión más difícil es saber cuáles eran exactamente sus funciones.

Algunos investigadores han sugerido que su uso pudo estar relacionado con comportamientos reproductivos, como sostenerse sobre la hembra durante el apareamiento, o para apoyarse al levantarse.

El paleontólogo imagina que Meraxes gigas pudo haber sido tan fiero como se cree que pudo ser T. Rex. El depredador "top de su momento", pero también "un carroñero si se presentaba la oportunidad".

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