Por: Mary Mora con información de ESET • Bolivia.com

Trolling y acoso: protege a tus hijos cuando conocen gente online

Advierten los riesgos a los que están expuestos niños, niñas, y adolescentes al interactuar a través de redes sociales y juegos online, y cómo prevenirlos.

Protege a tus hijos del trolling cuando conocen gente online. Foto: Shutterstock
Protege a tus hijos del trolling cuando conocen gente online. Foto: Shutterstock

Advierten los riesgos a los que están expuestos niños, niñas, y adolescentes al interactuar a través de redes sociales y juegos online, y cómo prevenirlos.

Alertan sobre el hecho de que la mayoría de las plataformas de redes sociales y juegos online permiten que cualquier persona pueda acceder de manera más o menos anónima a grandes comunidades online atrae a acosadores, trolls y acosadores sexuales

En este sentido, para aconsejar y proteger a los menores, primero se deben reconocer los riesgos y aprender más sobre estos grupos, sus motivaciones y métodos. Por esa razón, ESET busca acompañar padres y docentes en el cuidado de los niños en Internet, destaca estos como los principales riesgos:

Los acosadores sexuales se ponen en contacto con niños o niñas por Internet con el objetivo de obligarlos a realizar alguna actividad de índole sexual. Usan plataformas como mensajería instantánea, redes sociales e incluso juegos online, donde pueden permanecer en el anonimato, a menudo haciéndose pasar por otra persona, por lo general más joven. Los adolescentes suelen correr un riesgo mayor, porque son curiosos y buscan ser aceptados. Suelen hablar con extraños de buena gana, a pesar de sentir que es peligroso.

Estas son tres de las tácticas psicológicas que utilizan:

  • El grooming (acoso sexual de menores) se basa en establecer una conexión emocional con la víctima con el objetivo del abuso sexual. Los depredadores van construyendo gradualmente una relación con los menores para ganarse su confianza. Pueden hacerlo dando obsequios y cumplidos, actuando con amabilidad o demostrando que comprenden sus inseguridades. Una vez que las inhibiciones de los niños o niñas se reducen, es más probable que puedan ser obligados a hacer lo que pide el depredador, ya sea dar más información sobre ellos mismos y su vida, o incluso enviar fotos suyas desnudos, que luego pueden usarse en su contra.
  • Los acosadores sexuales a menudo utilizan un método para recopilar fragmentos de información personal específica sobre el niño, lo que se conoce como phishing (pesca), y que les permite formar una imagen más completa de la víctima.
  • Una vez que los acosadores tienen fragmentos de información sobre el niño, ya sea recopilada a través de mensajes directos o de sus observaciones, pueden usarla para una mayor manipulación, como en la táctica del mirroring (hacer de espejo). Como su nombre en inglés lo sugiere, es una forma de imitar lo que ven en su víctima. Estos pueden fingir pertenecer al mismo grupo etario del niño, compartir intereses, gustos o preocupaciones, simplemente cualquier cosa que los ayude a reforzar una conexión emocional.

¿Cómo acompañar a los más pequeños?

Buscar señales de que algo anda mal: Prestar atención a cualquier señal que indique que podrían ser víctimas de acoso cibernético o estar en contacto con alguien que pueda causarles daño. De manera similar, los cambios en el estado de ánimo o el comportamiento, así como la falta de interés en la familia o los amigos, pueden significar que algo no está bien, aunque no necesariamente esté relacionado con las causas mencionadas.

Mantenerse al tanto de sus actividades online: No ser intrusivos, solo asegurarse de tener una idea general de cómo pasan el tiempo en sus dispositivos. Eso da la oportunidad de reaccionar a los temas de actualidad y tal vez entablar conversaciones interesantes, compartir otro punto de vista y construir un puente a través de la brecha generacional. Recordar que escuchar y mostrar interés genuino puede ser más importante que hablar e instruir. Pero idealmente, intentar lograr un equilibrio entre ambas cosas.

Cultivar una relación de confianza: Cuando los jóvenes sienten que pueden contarles a sus mayores lo que tienen en mente, se les proporciona una perspectiva saludable y un terreno seguro en el que siempre pueden confiar. Cuando este no es el caso, se vuelven más susceptibles a ser víctimas de alguien que quiera desempeñar ese papel en su lugar. Además, una relación cálida y abierta permite conversaciones más honestas.