Trajes de diablos y morenos llevan la mitología del Carnaval de Oruro

Los artesanos orureños tienen como premisa mantener la originalidad de los trajes, con un trabajo íntegramente manual.

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Los artesanos orureños tienen como premisa mantener la originalidad de los trajes, con un trabajo íntegramente manual.

El bordado con el hilo Milán, las perlas, piedras y lentejuelas forman las figuras de la víbora, hormigas, sapo y lagarto, que son efigies de la mitología que hacen el Carnaval de Oruro, y se plasman con las manos de los bordadores, en singulares trajes de diablos y morenos que se lucen en esa Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, que se celebra en honor a la virgen del Socavón.

"La esencia es mantener la tradición mitológica del Carnaval de Oruro como son las cuatro plagas, nosotros bordamos en los trajes de diablos figuras como la hormiga, el lagarto, el sapo, la víbora y también con mucha fe la imagen de la Virgen del Socavón", relata el artesano, Edgar Ríos.

Los artesanos orureños tienen como premisa mantener la originalidad de los trajes, con un trabajo íntegramente manual con la aguja en mano, el bastidor y los elementos del bordado. Solo usan la máquina para algunas costuras.

Cada grupo tiene sus propias características, por ejemplo, la Diablada Urus usa el celeste y blanco, y los bordados se realizan con el hilo color plata; mientras que para la fraternidad Ferroviaria se utilizan el dorado y rojo, explicó Ríos.

Los artesanos tienen microempresas familiares donde trabajan padres, hijos y otros parientes; y en la época del Carnaval incrementan su personal, generando fuentes laborales.

"Esto es hereditario, el primer bordador fue mi abuelo, después mi padre y ahora nosotros somos una tercera generación, y quisiera que alguno de mis hijos siga este arte, que es un don que hasta en sueños diseñamos los trajes y lo plasmamos en lo que se ve en el Carnaval de Oruro", remarcó.

Según la leyenda, a orillas de un lago existía el pueblo Uru, al que un semidiós de nombre Wari, pretendía someter enviando del Sur una gigantesca víbora, del Norte un enorme sapo, del Este un lagarto y del Sureste y Norte envió ejércitos de hormigas.

Así, apareció una Ñusta (La Virgen), quien con una espada en mano petrificó a la víbora, al sapo y el lagarto y a las hormigas las convirtió en arenas. Figuras pétreas que existen en la ciudad de Oruro.

Los Urus, sorprendidos por la hazaña de la Ñusta, decidieron rendirle pleitesía disfrazándose de diablos en alusión a Wari, y cada año se someten ante esa mujer misteriosa que hoy es conocida como la Virgen del Socavón.

ABI/Por Sonia Damián Q.