La Paz celebra el solsticio de verano con rituales ancestrales y pedidos a la Pachamama

El Solsticio de Verano llegó al hemisferio sur y decenas de personas lo celebraron este domingo en La Paz con ritos ancestrales.

Por: Willmary Montilla • Bolivia.com
El Solsticio de Verano fue celebrado en La Paz este domingo 21 de diciembre. Foto: EFE
El Solsticio de Verano fue celebrado en La Paz este domingo 21 de diciembre. Foto: EFE

El Solsticio de Verano llegó al hemisferio sur y decenas de personas lo celebraron este domingo en La Paz con ritos ancestrales.

La celebración del Solsticio de Verano se llevó a cabo este domingo en medio de ritos ancestrales, bailes y agradecimientos a la Pachamama durante este 21 de diciembre. Los deseos fueron solicitados desde La Paz.

"El 21 de diciembre, día del solsticio de verano, antiguamente los aimaras, los quechuas y el pueblo andino rendían culto al sol, al dios sol, porque es el que da fertilidad a la tierra para que dé fruto", precisó Juan Ricaldi, historiador. 

El punto de reunión fue el parque Laikakota situado en el cerro homónimo, que en aimara significa lago de los brujos, situado en el centro de la ciudad y considerado uno de los sitios de mayor energía para realizar este tipo de ceremonias del Solsticio. 

Ricaldi mencionó que el punto central de la ceremonia de Verano se produce cuando el sol está en el cenit, justo cuando no hay sombra, para posteriormente pedir su bendición y beneficios en el tiempo en el que también comienzan las lluvias en el mundo andino.

En el centro de la celebración se colocaron dos illas con rasgos humanos y a sus pies se dispusieron aguayos, una tela multicolor característica de las culturas originarias, sobre los que se colocaron pétalos de flores y recipientes con granos de cebada o quinua, entre otros.

"Es el tiempo de la abundancia de la Madre Tierra, en el que una semilla o ispalla germina en miles, entonces nosotros, los originarios, hacemos la ceremonia del gua, bailamos, porque absolutamente todo tiene vida", precisó Elena Martínez, sacerdotisa andina. 

Junto a las ispallas se colocaron muchas illas o amuletos sagrados con figuras de animales típicos de las tierras altas, como llamas, cóndores y sapos, que son símbolo de la fertilidad y de la complementación humana con la Tierra.

Asimismo, el vestuario, además de estar elaborado con tejidos nativos, estuvo adornado con varios collares de semillas de colores, que aluden a la celebración, junto a una gran figura de Viracocha, el dios supremo creador del mundo para las culturas andinas.

"Nuestra energía es esta, nuestra Navidad es esta", remarcó Martínez, quien expresó también respeto por las celebraciones del mundo occidental.

Estudiosos bolivianos señalan que la celebración fue trasladada a enero en 1783 por orden del entonces gobernador de La Paz, el español Sebastián Segurola, para conmemorar la victoria de sus fuerzas ante una sublevación liderada por el caudillo indígena Túpac Katari y en honor a la Virgen de Nuestra Señora de La Paz.