¿Cómo salvar tu matrimonio?
Cuando una pareja decide casarse lo hace con miras de pasar el resto de su vida juntos, pero cuando no funciona llega el temido divorcio.
Cuando una pareja decide casarse lo hace con miras de pasar el resto de su vida juntos, pero cuando no funciona llega el temido divorcio.
A muchas parejas les ocurre lo mismo. Al principio parecía muy fácil imaginarse despertando al lado de su ser amado cada mañana del resto de sus vidas, llegar del trabajo y sentarse a hablar de cómo ha ido el día.
Sí, salvar un matrimonio en meses después de años de detalles devastadores parece imposible y tal vez lo sea, pero siempre se puede intentar y no perder nada en el intento. Debido a eso expondré a continuación algunos recursos a los que puedes recurrir para tratar de salvar tu relación marital aunque ya te hayan pedido el divorcio.
1. No ruegues
Te ha dicho que quiere divorciarse, quizás tu reacción sea llorar, pedirle razones, mandar mensajes de texto o incluso chantajearle, ¡NO LO HAGAS! Si quieres salvar tu relación no lo hagas porque el resultado será adverso.
Solo deja que haga lo que sea que guste. Ponte en sus zapatos e imagina que eres la que ha pedido el divorcio y que no te reclama ni nada, ¿Cuál sería tu reacción? Desconcierto, incertidumbre quizás. Esperaba que reaccionarás de forma “histérica” como siempre pero no, entonces empezará a pensar en si está haciendo lo correcto. Ese es el primer paso.
2. Examen de conciencia
Para que un matrimonio se acabe se necesita dos; sin embargo, es la otra persona la que ha dicho: “ya no aguanto más”, entonces procedes a analizar sobre LO QUE HAS HECHO PARA QUE HAYAN LLEGADO HASTA ESE PUNTO, (por eso de que solo puedes pensar por ti)
Tómate un tiempo para pensar que tanta culpa tienes para que haya llegado a esa decisión, luego lápiz y cuaderno en mano escribe todas las impresiones mentales que has tenido; quizás en tu lista se encuentren: celos sin fundamento, discusiones por minucias, desautorizarlo frente a los hijos, no ser tan perceptiva respecto a sus problemas, sobre exigencia económica (por ejemplo).
Lista en mano y como aún deben convivir juntos mientras llegan los papeles, aprovecha el momento y ¡CAMBIA! y ésta vez en serio. Eres consciente de lo que no has hecho o has hecho mal y CAMBIALO, ese es el primer paso para la tarea de salvar tu matrimonio.
3. Mejora tus capacidades comunicativas
El arte de la comunicación es esencial para llevarse bien. Lo que ocurre es que muchos olvidan que ésta es de dos vías: el que enuncia (habla) y el receptor (el que escucha). En su lugar ambos hablan y (a veces) gritan a la vez en un vano intento por tener la razón.
Durante esos enfrentamientos se dicen muchas cosas, y por lo general lo que se expresa es lo que incomoda o duele que haga el otro, pero en ese ir y venir de razones se pierde el objetivo y se llega a la impotencia y a las peleas.
Esto es algo difícil de cambiar, pero no es imposible. La fórmula es CAMBIAR LA FORMA EN LA QUE REACCIONAS ANTE UN INTENTO COMUNICATIVO, ejemplo:
CALLA y ESCUCHA, si antes no lo hacías ahora eso generará una reacción en tu pareja, luego pide que te escuche (es tu derecho), si empieza a gritar entonces calla o habla muy bajito, eso hará que deje de hacer lo que sea que esté haciendo y te escuche de una buena vez por todas. Hazlo hasta que dé resultados.
4. Distánciate y toma un tiempo para ti
Hay algo extraño a veces en las parejas, quieren divorciarse y poner espacio entre ellos y la persona que dicen ya no amar, pero cuando esa persona a la que “ya no aman” retoma las riendas de su vida, se empieza a arreglar mucho más que antes, se preocupa por tener tiempo para sí misma tomando algún curso o retomando los estudios que dejó a medias cuando se casó, es entonces cuando se cuestionan acerca de lo que pueda llegar a estar pasando.
Muchas veces, ese pedido de divorcio es solo de “dientes para afuera”. ¿Quería ver como reaccionabas ante ese pedido? Bueno, ahí tiene los resultados, dale una prueba de lo que sería su vida sin ti en ella. Es cierto que nadie es indispensable pero tras años de rutina y costumbre, de saberte “solo de él” (por muchos defectos que tengas) le haces ver que la vida sigue y que no estas dispuesta a echarte a morir.
Pueda que sea un arma de doble filo, pero al fin y al cabo, sea como sea que se den las cosas entre los dos (divorcio o no) te estas fortaleciendo, demostrándote que eres valiosa y que la vida sigue.
Deseret News / Bolivia.com