¿Cómo hablar con naturalidad a un niño con cáncer?

El cáncer es una enfermedad que genera incertidumbre y miedo desde el diagnóstico, dos sentimientos que pueden afectar aún más cuando es un niño quien padece esta patología.  

Bolivia.com - Vida Sana
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El cáncer es una enfermedad que genera incertidumbre y miedo desde el diagnóstico, dos sentimientos que pueden afectar aún más cuando es un niño quien padece esta patología.  

Bajo este nombre el decálogo recoge diez consejos para ayudar a padres e hijos a mejorar sucomunicación y tratar la enfermedad con naturalidad y confianza.

Ello podría evitar el trastorno adaptativo presentado por más de la mitad de los niños, la ansiedad que padecen un 30% o la depresión, que conocer el diagnóstico, supone para un 17%.

Aún así, Mari Sol González, psicooncóloga de la Fundación Grupo IMO destaca que “la mayoría de los menores pueden hacer frente al caos emocional ocasionado por el cáncer”.

Aunque hay que tener en cuenta la edad del menor para realizar una comunicación adecuada, la aceptación de la enfermedad por lo padres y la petición de un consejo especializado, puede ayudar a que padres e hijos puedan hablar sobre el cáncer,  mediante explicaciones sinceras, simples y fáciles de comprender.

Diferentes formas de percibir el cáncer según la edad

  

Con mayor frecuencia que en los adultos, el cambio de edad en los menores supone una mayor modificación de su visión sobre el mundo, por lo que determinar cómo comunicarse con ellos según cada época de su vida es muy importante.

Este consejo  se convierte en fundamental cuando un niño padece cáncer, ya que la ansiedad generada por esta situación traumática aumenta debido al transcurso de la enfermedad y debido a una información contradictoria o inadecuada.

“Lo mejor es no ocultarles información y contarles los pasos a seguir a partir del diagnóstico”, afirma.

Con la intención de adaptar la comunicación a cada edad, la psicooncóloga Mari Sol González, plantea una situación diferente con respecto a cada menor:

  • Hasta los 5 años perciben el cáncer como una enfermedad más, por lo que el apoyo incondicional de los padres es suficiente.
  • Entre los 6 y 9 años, el niño comprende mejor la enfermedad, por lo que los padres deberían estar preparados para recibir preguntas sobre la patología.
  • Los adolescentes, a partir de los 12 años, saben qué es el cáncer, por lo que es necesario ayudarles a controlar la situación, con un clima donde se sientan escuchados y comprendidos.

Para poder desarrollar esta comunicación es necesario romper las ideas preconcebidas sobre la patología, lo que podría dificultarles el proceso de afrontar su enfermedad.

 

Un decálogo para hablar de cáncer

Controlar el miedo previo que se asocia al cáncer, permitirá a los padres afrontarlo antes que sus hijos, lo que será fundamental a la hora de poder explicar el diagnóstico y los tratamientos que están por venir.

Para ello el inicio de este proceso pasa por no subestimar su capacidad de compresión, porque aunque no desarrollan los mismos miedos que un adulto, sí saben que algo grave pasa.

Con la intención de dar respuesta a su curiosidad y a sus preguntas, el Grupo IMO desarrolla diez consejos para que los padres puedan hablar de cáncer con sus hijos:

  1. Acudir a un médico especializado para recabar información sobre su diagnóstico y tratamiento.
  2. Dar explicaciones sinceras, fáciles de comprender, ya que conocer la verdad hace que colabore mejor con los tratamientos.
  3. Buscar la proximidad, manteniendo el contacto visual y físico, y comprender que puede reaccionar de cualquier forma.
  4. Contestar a sus preguntas con honestidad, sin mentiras, aunque esa respuesta sea “no lo sé”.
  5. Animar a que pregunte sus dudas y así conocer sus miedos y preocupaciones.
  6. Emplear su lenguaje, es decir, comunicar teniendo en cuenta su capacidad cognitiva
  7. Transmitirle que su enfermedad no es consecuencia de algo que ha hecho mal.
  8. En los menores de 5 años, hacerles sentir que sus padres les protegen, ya que su conocimiento no irá más allá de saber que “están malitos”.
  9. Entre los 6 y 9 años, aumentar la información sobre los pasos a seguir y explicar, por ejemplo, que su organismo está formado por células y que, algunas de ellas, no funcionan correctamente.
  10. En el caso de los adolescentes, es necesario hacerles comprender la importancia de su colaboración con los tratamientos y el médico.

Para poder cumplir con estos puntos es necesario que los padres afronten la enfermedad con confianza en sí mismos, lo que se transmitirá a sus hijos, un aspecto que se puede conseguir con ayuda especializada y con el mantenimiento de actividades cotidianas como comer, dormir o hacer ejercicio.