En España, la Virgen del Carmen es patrona del mar y de la Armada Española. También lo es del Ejército de los Andes, que liderado por el general José de San Martín, gestor de la independencia de Argentina, Chile y Perú.
Por su parte en Chile es considerada Reina y Patrona de sus Fuerzas Armadas y de Carabineros de Chile. En Perú es 'Patrona del Criollismo' y en Bolivia es la patrona de la Nación y de sus Fuerzas Armadas.
La Virgen del Carmen fue traída por misioneros españoles en la época colonial y durante la revolución fue tomada como protectora. El 16 de julio de 1809 se produjo una revolución en la ciudad de La Paz, donde se cuenta que la Virgen protegió a los luchadores que resultaron triunfadores. Días después, los patriotas volvieron a sacar en procesión a la imagen de la Virgen del Carmen, en acción de gracias por el triunfo del levantamiento, pero esta vez con el gorro frigio de la libertad en vez de la corona y con un sable en la mano.
El Papa Pío IX la proclamó "Patrona de Bolivia" en 1851 y fue ratificada por el gobierno de Bolivia en 1852. Luego el 11 de octubre de 1948 (Ley) fue proclamada "Generala y Patrona de las Fuerzas Armadas de la Nación".
Oración a la Virgen del Carmen
¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y esplendor del Carmen! Vos, que miráis con ojos de particular bondad al que viste vuestro bendito Escapulario, miradme benignamente y cubridme con el manto de vuestra maternal protección. Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder, iluminad las tinieblas de mi entendimiento con vuestra sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la caridad. Adornad mi alma con tales gracias y virtudes que sea siempre amada de vuestro divino Hijo y de Vos. Asistidme en vida, consoladme cuando muera con vuestra amabilísima presencia, y presentadme a la augustísima Trinidad como hijo y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente y bendeciros en el Paraíso. Amén.
Oración para agradecer a la Virgen del Carmen
¡Oh Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos corresponder dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido, agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor, y toda nuestra vida, que queremos emplear en el amor y servicio de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la fe, con los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que todos podamos vivir y morir en tu amor y devoción. Amén.