Por: Con información de EFE • Bolivia.com

La cuarentena vacía ciudades pero saca el cariño con los perros de la calle

Algunas son iniciativas individuales, de organizaciones animalistas, pero mayormente tienen apoyo de instituciones para llevar alimento y agua a los animales callejeros sin romper la cuarentena.

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El sábado y domingo son los días más duros para los perros callejeros. Foto: EFE
El sábado y domingo son los días más duros para los perros callejeros. Foto: EFE

Algunas son iniciativas individuales, de organizaciones animalistas, pero mayormente tienen apoyo de instituciones para llevar alimento y agua a los animales callejeros sin romper la cuarentena.

La cuarentena deja las calles vacías pero ellos siguen ahí por miles, su ladrido rompe el inusual silencio impuesto por el coronavirus y si no fuera por iniciativas solidarias, estarían aún más desamparados.

Que no falte agua y comida a los perros callejeros durante la cuarentena por el COVID-19 es la premisa de aquellos bolivianos amantes de los animales, que están en campaña permanente para dejarles platos con alimento en las calles o asegurándose de que los albergues que les acogen estén abastecidos.

Algunas son iniciativas individuales, otras de organizaciones animalistas, pero mayormente tienen apoyo de instituciones como la Policía Boliviana o las unidades municipales de zoonosis, para llevar alimento y agua a los animales callejeros sin romper la cuarentena.

En redes sociales también se han compartido mensajes instando a los vecinos a que dejen platos con agua o alimento para estos animales, en un país en el que es común verlos deambulando en las calles, en manadas o solos, en pos de sobrevivir.

La labor policial 

Foto: EFE.

Entre sus múltiples tareas en plena crisis por el coronavius, la Policía Boliviana no ha descuidado otra de sus labores, que es velar por que los animales no sean maltratados.

El director nacional de la Policía Forestal y Preservación del Medio Ambiente (Pofoma), el coronel Rudy Uría, explicó a Efe que esa unidad facilita el traslado de alimento para animales donado por personas e instituciones en varias ciudades bolivianas.

"Existe mucho animal abandonado, entonces las personas de buen corazón y algunas fundaciones nos han donado comida y nosotros estamos poniendo el vehículo que tenemos para poder llegar a estos animales que están en situación de calle y mitigar un poco el hambre que tienen", sostuvo Uría.

El sábado y domingo son los días más duros para los perros callejeros, pues desde hace una semana está prohibida por completo la circulación de personas y vehículos.

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Ante esto, Pofoma prevé salir el fin de semana para llevar agua y alimento y "mitigar el hambre de los animales", manifestó el oficial, que destacó la solidaridad de la gente.

Uría hizo un llamado a que la gente no abandone a sus perros, ni les mantenga en la calle, pues "son seres vivos que brindan todo su cariño, su amor, su compañía y no es justo" dejarles a su suerte.

"Ellos también comen, tienen sed, necesitan cariño, necesitan protección", agregó.

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Tarea de todos los días 

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Las restricciones para transitar a pie o en vehículo han dificultado su labor, pero no han frenado la voluntad de quienes atienden albergues o que a diario alimentan a los canes callejeros.

Es el caso de Marcelo Jemio y Paola Velasco, una pareja boliviana que en los últimos tres años se ha dedicado a llevar alimento diariamente a estos animales en barrios del sur paceño.

"Para nosotros ha sido un poco difícil con esta restricción (...) Aun así, hemos ido a pie, con alguna maleta con ruedas, y hemos logrado conseguir y no hacerles faltar comida a los animalitos de la calle", comentó Jemio a Efe.

Esta pareja, que tiene en casa a cuatro perros rescatados de la calle, encontró un aliado en la Policía Forestal para que esa labor no se interrumpa, explicó por su parte Velasco.

Un grupo de agentes de Pofoma pasa a buscarles en una camioneta para distribuir patas de pollo y croquetas en sitios donde habitualmente la pareja alimenta a canes callejeros.

La primera parada es una avenida donde además de platos con comida y agua hay un par de casetas para resguardar a los callejeros que transitan por allí.

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El grupo se traslada luego junto a un gran centro comercial donde suelen deambular perros callejeros a sabiendas de que por allí siempre habrá alguien que les alimente o les dé cariño, aunque en estos días no es así.

A medida que la pareja y los agentes van dejando la comida, se asoman tímidamente y con algo de desconfianza algunos perros, uno negro, otro blanco con negro y un par de color café.

La dureza de la vida en la calle se nota en sus miradas y en sus pelajes sucios y con algunas heridas.

Uno de ellos se sobresalta y se aleja cuando se le aproximan para alcanzarle más comida, pero luego regresa, como entendiendo que no le harán daño.

Campaña para los albergues 

Foto: EFE.

La solidaridad llegó también a albergues de animales en La Paz y la ciudad vecina de El Alto, con una iniciativa promovida por una mujer que donó dinero y un remate de almanaques de la asociación Amor Por los Animales Bolivia (APLAB) para comprar alimento y llevarlo a centros de acogida.

Con ayuda de Zoonosis de La Paz y la Policía, se pudo distribuir 40 quintales de arrocillo y 16 bolsas de croquetas entre albergues, rescatistas y personas "que se dedican a dar alimento a los perritos y gatos", explicó a Efe la directora de APLAB, Ana Serrano.

Por la cuarentena, muchos albergues que acogen entre 20 a 50 perros se estaban quedando sin alimento ante la dificultad de sus voluntarios para comprarla y llevarla hasta estos centros, indicó.

A falta de datos oficiales o actualizados sobre la cantidad de perros en Bolivia, Serrano recordó que hace dos años el Ministerio de Salud informó de que sólo en La Paz y El Alto había 300.000 canes, el 80 por ciento con dueño pero, a la vez, "en situación de calle".

"Hay gobiernos que sí aplican una normativa fuerte y tajante donde el dueño irresponsable tiene sanción e incluso a veces cárcel por maltrato. Lamentablemente en Bolivia, como en otros países, las leyes no se están aplicando y no existe un control ético de sobrepoblación animal", manifestó.

El problema, apuntó, es la irresponsabilidad de dueños que no esterilizan a los animales, les dejan deambular por las calles y se reproducen sin control, quedando vulnerables, una situación que se agrava en tiempos de cuarentena.