El ají chicotillo dulce, una nueva variedad de ají cultivada en Bolivia
Bolivia es una de las cunas ancestrales del ají (género Capsicum), que incluye entre 20 y 30 especies. Los ajíes domesticados presentan rica diversidad en los tamaños y formas de la vaina y por supuesto, variedad en sabor y picor.
Bolivia es una de las cunas ancestrales del ají (género Capsicum), que incluye entre 20 y 30 especies. Los ajíes domesticados presentan rica diversidad en los tamaños y formas de la vaina y por supuesto, variedad en sabor y picor.
La mayor concentración de cultivos de ají se encuentra en el departamento de Chuquisaca.
En los últimos años, miles de familias chuquisaqueñas están siendo afectadas por desastres naturales producto de los efectos negativos del cambio climático, provocando intensa variabilidad climática e incrementado, de sobremanera, los niveles de vulnerabilidad de las familias ante el riesgo de desastres en el sector agrícola, generando perjuicio e inseguridad alimentaria.
Conmemorando el “Día Mundial del Medio Ambiente” Ayuda en Acción junto a la Fundación PASOS (socio local en Chuquisaca) dirige su atención a mejorar la calidad y eficiencia del cultivo del ají. Hace 3 años viene implementando acciones orientadas a mitigar las pérdidas en las cosechas por efecto de sequías, fortaleciendo la producción a través de la construcción de sistemas de riego, promoviendo prácticas amigables con el medio ambiente a través del manejo integrado de plagas para reducir el uso de pesticidas de manera indiscriminada, promoción de fertilización orgánica, uso de abonos foliares orgánicos, y la capacitación y asistencia técnica a productores y productoras para acceder a mercados locales y externos en mejores condiciones, utilizar tecnología apropiada, acceder a fondos financieros, y gestionar y administrar eficazmente iniciativas económicas.
En años recientes Ayuda en Acción también ha venido apoyando un trabajo de investigación, junto al Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf), en coordinación con la Universidad de San Francisco Xavier (Usfx) para la introducción y validación de nuevas variedades como el ají chicotillo dulce.
Ignacio Vedia de Ortiz, un agricultor que trabaja la tierra desde hace más de 30 años en la comunidad de Rodeito del municipio de El Villar, es el protagonista del ají chicotillo dulce, una nueva variedad de ají, fruto de un hallazgo genético.
“Hace 3 años vengo criando el ají chicotillo dulce para el buen vivir de mi familia y mi comunidad. Ha sido una casualidad de la vida. Un día mi esposa Martha y yo, estuvimos plantando ají chicotillo, que es muy picante, pero faltó 3 plantas para terminar el último surco de la parcela, es así que mi esposa sugirió utilizar otras 3 plantas de pimentón para completar el surco.
Cosechamos el ají y, uno de esos días mi esposa ha cocinado “lagua uchu ” (sopa de ají picante preparada en base a harina de trigo), cuando di el primer bocado, me quedé sorprendido, la lagua era dulce, no tenía picante. Le pregunté cómo lo preparo, y me dijo que, había sacado el ají de la parcela del ají chicotillo. Fuimos a ver a estas 3 plantas, y efectivamente eran ajíes de la variedad chicotillo, pero éstas eran dulces.”
Esta nueva variedad de ají criada por Don Ignacio es única y tiene mucho potencial para contribuir a que las familias chuquisaqueñas mejoren sus ingresos económicos, con menores costos de producción y sin dañar al medio ambiente. Es más resistente a las plagas y enfermedades fungosas, tiene un alto rendimiento y supera al ají huacareteño que actualmente es la variedad de ají con mayor mercado y que es cultivado por todos los productores de ají. Según reportes, el rendimiento promedio del ají chicotillo dulce es de 140 arrobas por hectárea, mientras que el ají huacareteño tiene un rendimiento de 100 arrobas por hectárea.
Actualmente se está apoyando a la Organización Económica Campesina, APAFAM, que aglutina a 158 familias productoras de 13 comunidades del municipio de El Villar permitiéndoles mejorar los índices de productividad en el cultivo de ají; mitigar el impacto de agroquímicos en el medio ambiente e incrementar sus ingresos económicos.
El desafío es continuar trabajando para mejorar la eficiencia del cultivo del ají chicotillo dulce e incrementar la producción de otras 500 familias de este municipio, y más adelante dar a conocer y difundir la experiencia y buenas prácticas de esta nueva variedad de ají para mejorar la calidad de vida de más productoras y productores chuquisaqueños.