Trajes de bioseguridad para mantener la identidad de las cholitas bolivianas
El material de los trajes, polainas y gorros es una tela antifluido con doble engomado que "no destiñe, no es desechable, es lavable y se puede usar a diario".
El material de los trajes, polainas y gorros es una tela antifluido con doble engomado que "no destiñe, no es desechable, es lavable y se puede usar a diario".
Comodidad, seguridad y la posibilidad de mantener su vestimenta tradicional son parte de la oferta de la boliviana Mónica Calizaya, que diseña trajes de bioseguridad especiales para las emblemáticas cholitas, las mujeres aimaras patrimonio de La Paz.
Resilientes como nadie, los emprendedores bolivianos suelen adaptarse a las circunstancias para salir adelante y la pandemia del coronavirus no ha sido la excepción, pues muchos ya empezaron a mostrar su creatividad con originales ofertas acordes con estos tiempos.
Es el caso de Calizaya, una comunicadora social que al ver que muchas de las actividades a las que se dedicaba quedaron limitadas por la cuarentena, empezó a elaborar trajes de bioseguridad, según contó a Efe.
A pedido de las "caseritas"
Primero empezó con los overoles comunes, pero pronto las "caseritas", como se llama cariñosamente a las vendedoras de los mercados populares, le preguntaron si tenía algún diseño especial para ellas.
"La iniciativa surge bajo la inquietud de las señoras de pollera, comerciantes sobre todo en distintos rubros, quienes han estado queriendo contrarrestar esta pandemia", señaló.
El diseño pertenece a Calisaya, mientras que su amiga Reina Gutiérrez, modista, contribuyó poniendo algunos detalles "desde su punto de vista".
La vestimenta de la chola boliviana se caracteriza por el sombrero bombín, las polleras o faldas amplias, blusa, manta y la larga cabellera recogida en dos trenzas.
La joven resaltó la importancia de contar con trajes de bioseguridad adaptados a la vestimenta de las cholitas, porque "a una persona que desde que ha nacido es de pollera es muy difícil hacerla cambiar para ponerle un overol, o inclusive el barbijo" o mascarilla.
"Es un giro enorme que hemos dado todos, y me incluyo también, para poder estar protegidos. Pero para una mujer de pollera ponerse overol es bastante difícil, trabajar con ello mucho peor. Es como quitarle la identidad a una persona", manifestó.
Trajes de identidad
Una de las creaciones de Calisaya es similar a los trajes de bioseguridad convencionales con un gorro incorporado y se cierra por delante, con la variante de la parte inferior, que es abierta y se amolda a la forma de las polleras hasta llegar cubrir estas faldas anchas de varias capas.
Otra opción es similar a los mandiles que suelen usar las "caseritas" en los mercados, o las batas que usan los médicos, con tiras para ajustarlo por la espalda y la parte inferior, pero también adaptada a las polleras, además de un gorro que va suelto.
En ambos casos el traje incluye unas polainas o calentadores que les cubren las pantorrillas, una prenda que también suelen llevar las cholitas vendedoras, aunque hecha de lana.
El material que usa para los trajes, polainas y gorros es una tela antifluido con doble engomado que "no destiñe, no es desechable, es lavable y se puede usar a diario", explicó.
Cada traje tiene un coste equivalente a unos 20 dólares y acepta pedidos por unidades, cantidades menores o al por mayor.
La iniciativa ha tenido muy buena acogida, sobre todo entre las asociaciones de vendedoras de mercados populares de La Paz, que incluso buscan uniformarse con trajes del mismo color, según la emprendedora.
También le han hecho pedidos desde lugares fuera de La Paz, como la zona subtropical de los Yungas, las ciudades de Sucre o Trinidad e incluso desde Argentina, ante lo cual verá la forma de hacer los envíos.