Bolivia recibe el Año Nuevo Aymara 5533 con rituales ancestrales y unidad cultural en Tiwanaku
Con el amanecer del 21 de junio, Bolivia celebró el Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco 5533, reafirmando su rica tradición ancestral.

Con el amanecer del 21 de junio, Bolivia celebró el Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco 5533, reafirmando su rica tradición ancestral.
La ceremonia central tuvo lugar en el complejo arqueológico de Tiwanaku, donde miles de personas entre autoridades, representantes de comunidades indígenas y visitantes nacionales e internacionales se reunieron para recibir los primeros rayos del sol con los brazos extendidos hacia el cielo, en señal de renovación espiritual.
La jornada comenzó en la madrugada, en un ambiente cargado de simbolismo y espiritualidad. Sonidos de instrumentos ancestrales acompañaron las ofrendas a la Pachamama (Madre Tierra) y los rituales liderados por yatiris, sabios andinos encargados de guiar este tipo de ceremonias. El Ministerio de Culturas organizó eventos similares en al menos 15 sitios sagrados del país, marcando así una conmemoración de alcance nacional.
Tiwanaku no fue el único punto de encuentro. En redes sociales, el presidente Luis Arce compartió imágenes de la ceremonia junto con un mensaje de felicitación por el nuevo ciclo andino, reafirmando la importancia de preservar las raíces culturales del país:
Hoy como siempre, el pueblo boliviano celebra el Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco desde los cuatro puntos cardinales. Nosotros desde el municipio de Tiahuanacu recibimos este Willka Kuti 5533 con la firme esperanza de que nuestras y nuestros productores tengan una gran… pic.twitter.com/Zst1GrrSfo
— Luis Alberto Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) June 21, 2025
Desde el Ministerio de Culturas también se destacó la masiva participación ciudadana y el valor espiritual del Willkakuti, el “retorno del sol”:
Con esperanza recibimos el Año Nuevo Aymara, Amazónico y Chaqueño Willka Kuti 5533.#2025BicentenarioDeBolivia#nuestrasculturasnuestraidentidad pic.twitter.com/IkVTuLWXt0
— Ministerio de Culturas Bolivia (@CulturasBolivia) June 22, 2025
La celebración también se vivió en comunidades como Tajocachi, donde Samuel Doria Medina, líder de Unidad Nacional, participó de las ceremonias en medio de los habitantes locales:
Samuel Doria Medina, candidato a la presidencia de Unidad, participó en el año nuevo aymara, en la comunidad Tajocachi. “Recogí la luz del sol que vuelve y nos ilumina con la luz de lo nuevo. El próximo solsticio festejaremos que lo peor ya habrá pasado", dijo pic.twitter.com/qiWMd6ii3p
— LFD + (@lafronterados) June 21, 2025
Más de 200 puntos celebraron el Willkakuti
Más allá de Tiwanaku, más de 200 puntos del país —entre ellos municipios como Cercado, Quillacollo, Tiquipaya, Punata, Pocona, Vinto y Colcapirhua— organizaron actividades que incluyeron gastronomía tradicional, ferias artesanales, música en vivo y espacios de reflexión cultural. Estas expresiones fortalecen la memoria colectiva y transmiten la sabiduría ancestral a las nuevas generaciones.
En plataformas digitales, miles de usuarios se sumaron al homenaje, destacando que el Willkakuti no se limita a un lugar físico, sino que se celebra desde el corazón de cada boliviano que honra sus raíces:
Agradecemos la invitación del alcalde de Achacachi, compañero Constancio.
— Alejandro Medinaceli (@amedinaceli) June 21, 2025
Como es tradición, damos la bienvenida al Año Nuevo aymara; que los rayos del Sol nos fortalezcan para continuar con la lucha contra la tiranía.#Bolivia #WillkaKuti pic.twitter.com/kMf7adQ2kI
Celebraciones también cruzaron fronteras
En distintas regiones de Perú y Chile, donde también habitan comunidades Aymaras, se llevaron a cabo ceremonias similares para recibir el nuevo ciclo andino. Estas celebraciones reflejan la continuidad de una identidad cultural compartida a lo largo de los Andes, que trasciende fronteras y fortalece los lazos entre los pueblos originarios de la región.
El Año Nuevo Aymara no solo marca un nuevo ciclo solar, sino también un recordatorio vivo de la conexión entre las personas y la naturaleza, entre el pasado y el presente de los pueblos originarios de Bolivia.