Ómicron en Bolivia: ¿cómo diferenciar la nueva variante de la COVID-19 con la gripe común?
Es difícil diferenciar los síntomas de la gripe con los de la variante Ómicron, ya que los cuadros clínicos son muy similares. Sin embargo, hay una serie de síntomas básicos que es importante conocer.
Es difícil diferenciar los síntomas de la gripe con los de la variante Ómicron, ya que los cuadros clínicos son muy similares. Sin embargo, hay una serie de síntomas básicos que es importante conocer.
La nueva variante de la COVID-19, Ómicron, ya ha sido confirmada en más de 95 países, entre los cuales se encuentran países latinoamericanos como Panamá, Colombia, Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Venezuela, México, Cuba, Ecuador, y ahora en Bolivia.
Su rápida propagación se debe a la "muy alta" probabilidad de transmisión a nivel global, es decir, se propaga con mayor facilidad de una persona a otra, así lo ha definido la Organización Mundial de la Salud (OMS). Debido a su mayor transmisibilidad; riesgo de reinfección; potencial capacidad de eludir la respuesta del sistema inmune, la entidad también advirtió que quienes hayan tenido COVID-19 antes, podrían infectarse nuevamente por esta mutación.
La cuarta ola de la epidemia por la COVID-19 ha generado récords de contagios debido a la rápida propagación de esta variante por todo el mundo; incluso la Ómicron podría convertirse en dominante en algunos países.
A pesar de esto, evidencia reciente sugiere que la dosis de refuerzo ayudará a proteger a las personas que ya están vacunadas de posibles infecciones graves con Ómicron, por lo que se recomienda de manera prioritaria completar los esquemas de vacunación y cumplir con las dosis de refuerzo programadas.
Las personas expuestas a Ómicron pueden enfermarse más rápido, incluso dentro de los primeros tres días de la exposición y los síntomas pueden ser similares a un resfriado común. Por lo tanto, es importante estar alerta, aún ante síntomas leves, pues se considera probable que cause aumento de casos particularmente en poblaciones vulnerables, especialmente las personas no vacunadas o con comorbilidades.
Es difícil diferenciar los síntomas de la gripe con los de la variante Ómicron, ya que los cuadros clínicos son muy similares. Lo más eficaz para saber si se trata de una u otra y, sobre todo, para salir de dudas, es realizarse una PCR o un test de antígenos. Sin embargo, hay una serie de síntomas básicos que es importante conocer.
Síntomas de la Gripe común
La gripe es una enfermedad respiratoria contagiosa que puede ser leve o grave, dependiendo de las patologías previas que pueda tener la persona; en muchos casos, la persona que contrae una gripe se recupera normalmente antes de dos semanas, aunque la OMS calcula que las epidemias anuales de gripe en personas de riesgo ha generado casos graves e, incluso, la muerte.
La fiebre es uno de los síntomas más frecuentes, que suele aparecer de forma repentina como una de las primeras señales de esta enfermedad. A esto se suma síntomas como escalofríos; dolor de cabeza, garganta y muscular; congestión y secreción nasal; fatiga, y rara vez, estornudos.
Síntomas de la Ómicron
Tanto la gripe como la Ómicron se producen por la infección de un virus, aunque cada uno tiene sus propias características. La gripe la provoca el virus de la influenza, el Ómicron es la mutación del SARS-CoV-2.
Los síntomas que presenta esta nueva variante se diferencian, pues provoca una enfermedad mucho más leve, con menos complicaciones que el resto de variantes o, incluso, que la gripe, pero no hay que confiarse.
La sintomatología va desde fatiga extrema, fiebre, taquicardia, dolor muscular o sudores nocturnos, congestión nasal, irritación de garganta y cefaleas. Una de las grandes diferencias con el resto de variantes es que, los contagiados no pierden el gusto ni el olfato.
Aunque esta nueva variante parece mucho más leve que las anteriores, sigue siendo prioridad el uso del barbijo, prevenir el hacinamiento en el transporte y espacios públicos, el lavado de manos, el distanciamiento social, la limpieza en las superficies de alto contacto de manera regular o según sea necesario, y la ventilación adecuada en los espacios cerrados.
Por eso, es necesario fortalecer rápidamente las intervenciones de salud pública y bioseguridad para reducir la transmisión y la propagación de la variante Ómicron.