Cientos de haitianos en la incertidumbre tras polémico traslado a Sao Paulo

El reciente traslado de unos 800 haitianos desde el amazónico estado de Acre hasta la ciudad de Sao Paulo arroja mayor incertidumbre sobre su futuro en Brasil.

Grupo de inmigrantes haitianos que ha llegado a Sao Paulo. Foto: EFE
Grupo de inmigrantes haitianos que ha llegado a Sao Paulo. Foto: EFE

El reciente traslado de unos 800 haitianos desde el amazónico estado de Acre hasta la ciudad de Sao Paulo arroja mayor incertidumbre sobre su futuro en Brasil.

Tras el cierre el pasado 10 de abril del albergue de Brasileia, en el que eran acogidos los haitianos que cruzaban la frontera que Brasil comparte con Perú y Bolivia, el Gobierno regional fletó autobuses para enviar los refugiados a Sao Paulo, la mayor ciudad de brasileña y cuya alcaldía dice desconocer esta acción.


Interrogados por Efe sobre la situación de los inmigrantes, ninguno de los niveles gubernamentales involucrados asume responsabilidad alguna en una situación calificada de "caótica" por el sacerdote Paolo Parise, integrante de la Comisión Pastoral del Migrante, la institución que acoge desde hace un par de semanas a los cientos de haitianos que llegaron a Sao Paulo.

Según la alcaldía de esta ciudad, unos 800 haitianos han llegado hasta ahora a esa ciudad de forma "indigna", en un viaje de 30 horas de autobús.

En un comunicado, el Ayuntamiento de Sao Paulo se dijo "totalmente sorprendido" y juzgó de "irresponsable" la acción del Gobierno de Acre de enviar a los haitianos "sin pactar previamente" con la administración municipal.

"La decisión ha sido unilateral, nos ha pillado totalmente por sorpresa", comentó a Efe una fuente de la alcaldía.

A pesar de saber que los haitianos estaban en Sao Paulo desde hace algunos días, el festivo de Semana Santa impidió que la administración preparara un plan de contingencia inmediato para asistir a los inmigrantes, argumentó dicha fuente.

La prioridad para el Gobierno de la ciudad es ahora, según explicaron a Efe, "ofrecer cama y comida" a los que se hacinan en el improvisado refugio instalado en la Pastoral.

Además, un equipo médico se trasladó a la iglesia y el Ayuntamiento intentará acelerar el proceso de obtención de permisos de trabajo para los inmigrantes que llegaron sin dicha autorización.

Por su lado, el Ejecutivo de Acre alega que el cierre del albergue de inmigrantes se debió a la reciente crecida del río Madeira, que aisló a varias ciudades, y aclaró que se abrió otro "provisional" en Río Branco, la capital regional, con espacio para unas 1.500 personas.

"Están haciendo el viaje que siempre quisieron, la ruta que hacen desde hace tres años y medio hacia las grandes ciudades del sur (de Brasil), donde les esperan trabajo y familiares", dijo a Efe Nilson Mourau, secretario de Justicia y Derechos Humanos del estado de Acre, al justificar el envío a Sao Paulo de los inmigrantes que quedaban en Brasileia.

Mourao dijo igualmente que "para Brasileia, una ciudad de 20.000 habitantes, 2.500 inmigrantes suponen casi el 20 por ciento de la población" lo que, a su juicio, ocasiona una situación "extremadamente compleja".

El Ministerio de Trabajo, que coordina el Consejo Nacional de Inmigración, se abstuvo de dar cualquier información sobre la situación de los haitianos en Sao Paulo.

Por su parte, los haitianos, que a su entrada en el país reciben documentación legalizada, por lo que no pueden ser deportados, insisten en que su único deseo es obtener un permiso de trabajo para dos objetivos inmediatos: recuperar los casi 5.000 dólares perdidos en el viaje desde Haití y mandar dinero a sus familiares.

Desde el devastador terremoto de 2010, Brasil, que lidera la fuerza de estabilización de la ONU en Haití (Minustah), es uno de los destinos más comunes de la diáspora haitiana.

"En cada frontera pagábamos a la policía, si no tenías nada te deportaban de inmediato", contó a Efe un joven inmigrante, quien recordó que el peor trecho es el peruano donde le robaron "las zapatillas y hasta seis cepillos de dientes" que compró en Haití. EFE