Por: Juan Carlos García Sierra • Bolivia.com

Así se celebra la fiesta de San Juan en Bolivia

La celebración para los antiguos incas era un acontecimiento magno y solemne.

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El solsticio también era venerado por los incas, quienes con una celebración con antorchas y fogatas le daban fuerza al Dios sol. Foto: Shutterstock
El solsticio también era venerado por los incas, quienes con una celebración con antorchas y fogatas le daban fuerza al Dios sol. Foto: Shutterstock

La celebración para los antiguos incas era un acontecimiento magno y solemne.

La noche más fría en el hemisferio sur es la del 23 de junio, por eso, un trago de Sucumbé, un aguardiente de uva mezclado con tres leches y canela sirve para calentar el cuerpo junto a la parrilla en la que diferentes embutidos estimulan el espíritu y el paladar de la familia y de los amigos, quienes, reunidos alegremente, rememoran el "Inti Raymi", la antigua fiesta de los ancestros incas en honor al astro rey, el sol.

Al igual que en diferentes culturas alrededor del mundo, el solsticio también era venerado especialmente por los incas, quienes con una celebración con antorchas y fogatas le daban fuerza al Dios sol, quien guiaba sus tiempos para la cosecha y recolección, por eso para los días en que finalizaba Aucaycusqui, para ellos, el mes de junio, su investigación y análisis cósmico les indicaba que el astro Rey alcanzaba su mínima y máxima posición sobre el cielo, haciendo de la noche la más larga o la más corta del año.

La celebración para los antiguos incas era un acontecimiento magno y solemne, ataviados con sus mejores indumentarias y reunidos en la plaza de Cuzco, en el actual Perú, y empuñando escudos y cetros, aguardaban la aparición del sol rindiéndoles culto, homenajes y agradecimiento por las cosechas entregadas durante el año y solicitando la extensión de la fecundidad en las tierras.

En medio de una gran fogata del "fuego nuevo", cada fogón de cada casa era encendido con el fuego de esta hoguera y con el paso de los años, la tradición se extendió, y con muchos cambios hoy se mantiene.

Cuando los españoles llegaron a territorio inca, lo dominaron, y al no poder acabar con esta costumbre, decidieron transformarla en una fiesta con el carácter de su propia religión, la misma que impusieron radicalmente, entonces aprovechando el 'Día de San Juan', decidieron conmemorarlo en el marco de la milenaria tradición indígena.

Con el paso de los años la fiesta ha sufrido transformaciones y ha adquirido un carácter mucho más festivo porque ha servido de justificación para que grupos de familias y amigos se reúnan para pasar una noche divertida al calor de la comida típica, buñuelos, un asado, unas copas de licor, y de Apí, bebida dulce y caliente hecha de maíz rojo o blanco.

A pesar de la transculturización, la fiesta de San Juan se niega a perder su significado indígena, un orgullo que recorre las venas de un país que, agradecido con Dios y con la tierra, cultiva con ánimo esperando una permanente cosecha de bendiciones.

La fiesta de San Juan, una mezcla entre lo sagrado y lo milenario que vale la pena conocer y  disfrutar.