Exequias de Andrea Aramayo recorren La Paz

Andrea Aramayo perdió la vida el miércoles último en La Paz atropellada por la vagoneta del abogado y empresario Willian Kuhsner Dávalos, a la sazón su pareja.

Al grito de "30 años de cárcel sin derecho a indulto" y "Willian Kushner...¡asesino!", la multitud recorrió gran parte del centro de La Paz en demanda de "justicia" para enmendar la muerte trágica de Andrea Aramayo, presumiblemente acometida con premeditación, alevosía y ventaja, por el abogado y empresario montado en coche, ebrio y probablemente drogado en un pub nocturno de La Paz.

En cabeza de Helen Alvarez, madre de Andrea Aramayo, el hermano y familiares de ella, el cortejo fúnebre partió desde la capitalina avenida 20 de Octubre, recorrió el paseo El Prado, y enfiló hacia el presidencial Palacio Quemado, antes  de cuyo frontis giró hacia la zona sur de La Paz.

Los funerales de Andrea Aramayo, de 27 años y que dejó en la orfandad a una niña a punto de cumplir 8 años, se registraron en medio de una congoja conmovedora y la solidaridad más gruesa de los últimos tiempos en la sociedad boliviana.

El fallecimiento violento de Andrea Aramayo, que iba a ser enterrada en una necrópolis de La Paz apenas después de mediodía sabatino, levantó una ola de indignación general acrecentada por la postura de su supuesto victimario, William Kushner, a quien una juez de La Paz ordenó detención preventiva en la cárcel pública de La Paz y formalizó por femenicidio.

Tras de rejas, el abogado y empresario, que arriesga una condena y pena de 30 años de presidio sin derecho a indulto, negó en rotundo los cargos y dijo que de nada tenía que arrepentirse.

Mientras desde su encierro Kushner amenazaba con hacer procesar judicialmente a un hombre que evitó se escape de la escena del crimen, la noche del martes al miércoles, a unos pasos del pub en cuyo interior discutió acaloradamente con Andrea Aramayo, el feminicido número 39 en lo que va del año en Bolivia, las exequias conmovían al país en todas sus capas. ABI