¿Andrónico Rodríguez es el bueno? La Alianza Popular ya tiene su ficha para la presidencia
La izquierda boliviana encuentra en Rodríguez un candidato con fuerza popular, pero con fantasmas del pasado que aún rondan.

La izquierda boliviana encuentra en Rodríguez un candidato con fuerza popular, pero con fantasmas del pasado que aún rondan.
La escena política boliviana acaba de dar un giro que podría reconfigurar el mapa electoral rumbo a los comicios generales del 17 de agosto.
El senador y actual presidente de la Cámara Alta, Andrónico Rodríguez, fue proclamado oficialmente como candidato presidencial por la Alianza Popular, una coalición que reúne a distintos sectores progresistas, entre ellos el Movimiento Tercer Sistema, liderado por Félix Patzi.
La figura de Rodríguez no es nueva, pero su proyección actual es distinta. Su nombre ha sonado durante años como el heredero político de Evo Morales, aunque en el camino ha ido forjando su propio liderazgo, con un discurso menos confrontativo y una imagen más institucional.
Su paso por la presidencia del Senado lo consolidó como un rostro visible del bloque popular en tiempos de crisis, especialmente tras la renuncia de Morales en 2019.
Nacido en el trópico cochabambino, Andrónico se formó en el movimiento cocalero, pero también en las aulas universitarias, lo que le ha permitido conectar con diversos sectores sociales.
Hoy, con apenas 36 años, emerge como la carta de renovación para una izquierda desgastada por las pugnas internas entre Morales y el presidente Luis Arce, una fractura que ha debilitado al MAS y dejado vacíos de poder que nuevos liderazgos buscan ocupar.
¿Un nuevo caudillo en ciernes?
Sin embargo, su ascenso no está exento de tensiones. Voces como la de Eva Copa, exsenadora y actual alcaldesa de El Alto, han advertido sobre los peligros de repetir la fórmula del caudillismo.
“Quieren endiosarlo, como si fuera el único”, dijo en una entrevista reciente, refiriéndose a los intentos de su entorno por construir un liderazgo unipersonal a imagen y semejanza del de su antecesor.
En medio de un contexto marcado por el desgaste institucional y la polarización política, la candidatura de Rodríguez plantea un dilema para la izquierda boliviana: ¿será esta una oportunidad para reinventarse o simplemente una reedición del pasado con otro rostro?
Por ahora, la Alianza Popular celebra su fichaje estrella, mientras Bolivia observa con expectativa si Andrónico será el relevo que impulse un nuevo ciclo o el actor principal de una historia que ya ha sido contada.
Solo las elecciones venideras decretarán si la izquierda, específicamente la Alianza, logró dar en el punto correcto con la elección de Rodríguez como uno de sus representantes.