La política exterior boliviana retoma la ruta progresista
La política exterior de Bolivia ha retomado la ruta progresista en el primer año de gestión del presidente Luis Arce.
La política exterior de Bolivia ha retomado la ruta progresista en el primer año de gestión del presidente Luis Arce.
La política exterior boliviana ha retomado la ruta progresista en el primer año de gestión del presidente Luis Arce, restituyendo varias relaciones bilaterales interrumpidas por el Gobierno interino y la insistencia del oficialismo en ámbitos multilaterales de que en Bolivia hubo un "golpe de Estado" en 2019.
En este año el Gobierno desmontó las acciones de la Administración interina de la expresidenta Jeanine Áñez que se propuso "desideologizar" las relaciones de Bolivia con Venezuela y Cuba, como cuando expulsó a sus diplomáticos, o los incidentes con México y España por la condición de exaltos mandos del Ejecutivo del expresidente Evo Morales que buscaban salvoconductos.
El mandatario boliviano en su reciente informe ante el Parlamento dijo que durante el Gobierno interino la diplomacia vivió "uno de sus momentos más oscuros" puesto que dejó de lado la política exterior "digna y soberana" para alinearse a la "súper potencia" Estados Unidos.
Una "recuperación internacional"
"Ha sido un año exitoso para Bolivia" y "se ha recuperado el relacionamiento internacional de Bolivia", manifestó a Efe el excanciller boliviano y actual embajador ante las Naciones Unidas (ONU), Diego Pary.
Para Pary fue importante la "contextualización" de los sucesos de 2019 que, a su juicio, fue un "golpe de Estado" y sus consecuencias en los vínculos internacionales del país y que encontró en Argentina a uno de sus aliados más importantes.
El diplomático mencionó que Bolivia quedó "aislada" y que era primordial recuperar las relaciones con Argentina, España, México, Venezuela, Cuba, China o Rusia con los que "prácticamente se había roto" o con diálogo "absolutamente paralizado" y que una vez logrado "se han empezado a reactivar los proyectos" entre países, señaló.
Esas señales han mostrado una ruta diplomática en la que se enfatizan las relaciones con países de Gobiernos progresistas o de izquierda, algo que también se traslada a espacios multilaterales emergentes y no necesariamente ligados a las potencias mundiales.
Espacios multilaterales
Aunque las dificultades bilaterales "han sido rápidamente resueltas" con gestiones del presidente Arce, la Cancillería o embajadores, en el ámbito multilateral el trabajo ha sido "más complejo", dijo Pary.
"En el ámbito multilateral hemos retomado nuestra actividad, el haber tenido una pausa y una crisis política con un golpe de Estado de por medio no es fácil enfrentarlo, no tenemos la misma presencia que hace tres o cuatro años atrás", aseveró.
Pary destacó las gestiones para que Bolivia se reintegre al Movimiento de Países No Alineados y a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), además, de la recuperación de la presencia del país en la Organización de Naciones Unidas (ONU) como parte de los consejos de Derechos Humanos y Económico Social.
En cambio, explicó que el vínculo con la Organización de Estados Americanos (OEA) "es conflictivo para Bolivia" ya que este organismo hemisférico estableció con base en una auditoría que en 2019 hubo irregularidades graves en los comicios frustrados de ese año, algo que el Gobierno boliviano ha negado permanentemente.
Pary, que también fue embajador de Bolivia ante la OEA, señaló que el secretario general del organismo, Luis Almagro, "ha sido uno de los actores más fundamentales en la desestabilización democrática en el país".
Desafíos de la política exterior
Después de la que se considera fue la "recuperación" de la presencia internacional del país, algunos de los desafíos están en hacer una "prospectiva" de los vínculos de Bolivia y la necesidad de tener presencia "en todas las regiones del mundo", apuntó Pary.
Para Bolivia es fundamental la "recuperación" de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o una instancia suramericana equivalente que esté "más allá" de visiones políticas y Gobiernos.
Una variante que toma cuerpo desde Bolivia es Runasur, un bloque de sectores sociales que impulsa el expresidente Morales con identidad anticapitalista, antineoliberal y anticolonial basada en el vocablo quechua "runa" que significa persona.
Respecto a la relación con Chile, Pary remarcó que Bolivia "jamás renunciará" a su acceso soberano al Pacífico y sobre Estados Unidos señaló que el país siempre defenderá el principio de "no intervención en asuntos internos de los Estados", aunque advirtió que en ambos casos hay "temas pendientes" y "coincidencias" que se deben dialogar.
Con Perú se dio un nuevo impulso a la relación por la cercanía ideológica entre el actual presidente peruano, Pedro Castillo, y Morales, alianza que quedó sellada con la recientemente celebración en Bolivia del VI Gabinete Binacional, en el que se acordaron políticas en favor del desarrollo, medioambiente y atención a las poblaciones fronterizas.
Pary insistió en que el balance de la gestión internacional de Bolivia en el aspecto bilateral, multilateral y comercial, mediante los contactos entre productores y exportadores, ha sido "muy positiva" y va a permitir en adelante posar la mirada en nuevos objetivos.