Morales se refuerza en el poder y planta cara a Chile en un año de bonanza

Evo Morales, se sumó a la lista de mandatarios latinoamericanos que interpretaron la Constitución para aspirar a su reelección, apuntalada por un crecimiento récord y la demanda internacional contra Chile.

Presidente Evo Morales. Foto: ABI
Presidente Evo Morales. Foto: ABI

Evo Morales, se sumó a la lista de mandatarios latinoamericanos que interpretaron la Constitución para aspirar a su reelección, apuntalada por un crecimiento récord y la demanda internacional contra Chile.

En abril, un dictamen del Tribunal Constitucional en respuesta a una consulta del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, abrió camino al gobernante para postular a un tercer mandato en el 2014.


Aunque la Constitución de 2009 limita a dos el número de mandatos que puede ejercer un presidente, Morales siempre ha defendido que el primero de sus gobiernos (2006-2010) no computa pues tuvo lugar antes de la "refundación" de su país con esa Carta Magna y a que no completó los cinco años preceptivos.

El Constitucional avaló esta tesis, provocando la ira de la oposición y la reprobación de los antecesores de Morales en el cargo: Carlos Mesa (2003-2005) calificó de "jurídicamente inaceptable" una nueva postulación y Jorge Quiroga (2001-2002) llevó el asunto ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Si fuera reelegido, Evo Morales se convertiría en el presidente que más tiempo ha ocupado el cargo en Bolivia, ya que gobernaría hasta el 2020.

Morales, primer presidente indígena de Bolivia, se apuntó tres importantes logros este año que refuerzan su candidatura.

Al crecimiento económico que se prevé que supere el 6 % y que contrasta con la crisis en Europa y Estados Unidos, se suma la demanda presentada ante La Haya para reclamar a Chile una salida al Pacífico y la jugada maestra con la que Bolivia logró que la comunidad internacional respetara la tradición del mascado de coca.

El 24 de abril, el Gobierno boliviano dio el histórico paso de demandar a Chile ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, para forzar al país vecino a negociar un acuerdo que le devuelva su acceso territorial al Pacífico.

Bolivia perdió su litoral en una guerra contra Chile a finales del siglo XIX y reclama desde entonces una salida soberana al mar.

La maniobra ha sido clave porque supone un paso en firme en una reivindicación de Estado que une a todos los bolivianos.

Otro tanto que se apuntó el Gobierno boliviano fue el reingreso en la Convención Antidrogas de Viena, de la ONU, con una excepción sobre el mascado de coca o "acullicu" que despenaliza esta tradición ancestral en el país andino.

Bolivia abandonó la convención antinarcóticos de la ONU en junio del 2011 y pidió el reingreso un día después con una excepción que reconociese el mascado y empleo de la hoja de coca para usos tradicionales dentro del país, con el argumento de que en su estado natural la planta, base para producir la cocaína, no es droga.

En enero de este año, la ONU aceptó la solicitud, a la que se opusieron solo 15 países de los 61 cuyo veto habría frenado la iniciativa boliviana.

Pero en el plano internacional no todo fueron alegrías para Bolivia en el 2013.

A principios de julio una grave crisis diplomática puso en jaque la relación entre Bolivia y varios países europeos cuando Francia, Italia y Portugal vetaron el tránsito aéreo al avión de Morales al sospechar que a bordo viajaba el exanalista de la CIA Edward Snowden, reclamado por EE.UU.

La aeronave tuvo que aterrizar de emergencia en Viena y esperar varias horas hasta que se le abriera una ruta para retornar a Bolivia, lo cual provocó la indignación y censura de los países sudamericanos, que cerraron filas en torno a Morales.

El Gobierno boliviano también culpó a España de lo sucedido después de que el embajador español en Austria, Alberto Carnero, pidiera entrar al avión para comprobar que Snowden no estaba dentro, según denunció el propio Morales, visiblemente ofendido por la actuación del diplomático.

Dos meses después el mandatario dio por cerrado el incidente tras recibir las disculpas de los países implicados.

También amplió Morales la creciente brecha con EE.UU al expulsar en mayo a la agencia de cooperación internacional de ese país, la USAID, por "conspirar" contra el Gobierno.

En el plano social, el Ejecutivo tampoco logró frenar este año los problemas en sus hacinadas cárceles ni las altas cifras de violencia contra las mujeres.

En agosto pasado una reyerta entre reos en la cárcel de Palmasola (Santa Cruz) dejó 30 muertos, entre ellos un bebé, mientras la cifra de mujeres asesinadas sigue creciendo a pesar de que se promulgó de emergencia una ley que castiga el feminicidio con 30 años de prisión sin indulto. EFE